Hay grupos que nada más escucharlos te teletransportan a parajes oníricos en los que nunca has estado, y después otros como los barceloneses The Suicide of Western Culture que no es que te lleven a ningún lado, sino que te abofetean en la cara desde el primer segundo deformando la cruda realidad que ves con tus propios ojos. Miquel Martínez y Juanjo Fernández, los dos hombres que realmente se esconden tras la capucha, lo han vuelto a hacer. Si bien su sorprendente debut puso sobre la mesa la unión de sus dos universos (lo industrial, capitaneado por Juanjo; y lo melódico, a cargo de Miquel) y su segundo disco limó lo que con anterioridad nos habían presentado, en este tercero que ahora nos ocupa abordan su idiosincrasia sonora desde una perspectiva menos claustrofóbica de la que nos tenían (mal) acostumbrados. Es el cierre de una trilogía, sí, pero vaya cierre.
Sin haber perdido ni un ápice de su talento para construir epopeyas electrónicas, canciones cinéticas sobradas de épica urbana (desde la periferia barcelonesa), el dúo en esta ocasión pone sobre la mesa el que se puede considerar su disco más rockero hasta la fecha. Ni mucho menos con esto queremos decir que las guitarras eléctricas hayan hecho ahora acto de presencia porque para nada es así, sino que es digno de destacar cómo por vez primera han jugueteado con los samples reales de batería (ahí está ‘Dysplasia’, por ejemplo) para mostrarnos su libre interpretación del post-rock. Aquellos que desde que emergieran les consideraban más una banda de rock que de electrónica, ahora más que nunca, tienen razón.
Asimismo, lejos de dejarse llevar exclusivamente por los salvajes recovecos del noise, en esta ocasión parece que hay hasta una voluntad por aproximarse a las pistas de baile. A nadie debería extrañarle de aquí en adelante escuchar ‘Drugs Bring Me Closer to You’ o ‘Beware of the Fifth Column’ (a la que pone voz Louise Samson de Anímic) en un club a altas horas de la madrugada. Ese ejercicio de contención del que hacen gala en estos momentos, eliminando pistas innecesarias en el estudio y quedándose solamente con aquellas realmente esenciales para la canción, hace que la escucha de ‘Long Live Death! Down With Intelligence!’ resulte mucho más fluida. Y eso, teniendo presente que más de la mitad de los temas supera los seis minutos de duración, es todo un logro.
Ya sea homenajeando a todas las madres del mundo (‘Amor de Madre’), rebajando las dosis de testosterona para tomar impulso (‘You Can Change Anything But Your Mother and Your Football Team’) o rememorando en technicolor cuando de pequeños viajaban en verano con toda su familia hasta el sur en un coche donde el aire era asfixiante (‘Return to My Parents’ Hometown in Andalucia’), The Suicide of Western Culture suenan igual de emocionantes que apabullantes. Tomen el camino sonoro que tomen para su cuarta entrega, sin duda, se pueden sentir más que orgullosos del legado que en pocos años han dejado en la escena electrónica nacional.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Amor de Madre’, ‘Dysplasia’, ‘Drugs Bring Me Closer To You’
Te gustará si te gustan: Fuck Buttons, Mogwai, los anteriores
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