‘Formation’ ha sido elegida como top 1 semanal por nuestros usuarios de Twitter. Es el tercer número 1 de la artista en nuestra lista tras ‘Run The World (Girls)’ y ‘XO’. Mucho se ha hablado de las críticas a la policía y al racismo de este tema tras su presentación en la Super Bowl, incluso despertando pequeñas manifestaciones en contra en Nueva York. «Sabes que eres esa perra cuando inspiras toda esta conversación», indica Beyoncé, de hecho, al final de ‘Formation’, orgullosa. Pero hay otro fondo interesante en la canción del que se está hablando menos y en el que vale la pena detenerse un momento.
La acción política de ‘Formation’ empieza el mismo día de su llegada a la red el pasado 6 de febrero. El tema aterriza en nuestras vidas en forma de videoclip, en una declaración de intenciones total cuyo mensaje es comunicar al público que ‘Formation’ no es solo una canción, sino también un texto musical complejo donde letra e imágenes se funden en un abrazo tan profundo que sus partes prácticamente no pueden comprenderse individualmente. Los temas que se tocan son tantos y tan varios que da vértigo. Por supuesto, el enclave de ‘Formation’ es Nueva Orleans; su contexto, el huracán Katrina y sus devastadores efectos en la comunidad afroamericana de Nueva Orleans, pero Beyoncé aprovecha este contexto para reflexionar sobre otros asuntos como el feminismo, el racismo, la pobreza o la cultura negra… y también sobre la comunidad «queer» de la ciudad.
‘Formation’ es una canción «queer» desde su misma naturaleza como composición «bounce», un estilo de hip-hop originado en Nueva Orleans estrechamente asociado a la comunidad LGTB local y que has oído recientemente en canciones como ‘Stupid Hoe’ de Nicki Minaj.
La música «bounce» es un estilo de hip-hop regional basado en el sample que nace en los 80, pero que empieza a florecer de verdad en los 90, primero gracias al despunte de iconos como MC Tucker, y después a los sellos No Limit Records y Cash Money Records. Cuando los artistas de estos sellos, mayoritariamente cisgénero y heterosexuales, optan por desarrollar sus carreras hacia el hip-hop comercial, los raperos gays ocupan el hueco y lo llaman «sissy bounce». ‘That B.E.A.T.’, el documental de Abteen Bagheri del que el vídeo de ‘Formation’ extrae varias de sus imágenes de archivo, documenta esta escena en la que las bases enérgicas, el «twerking» y los ritmos de los «indios» de Mardi Gras son los grandes protagonistas.
That B.E.A.T. from Abteen Bagheri on Vimeo.
La misma ciudad de Nueva Orleans, de hecho, es tremendamente liberal en lo que a fluidez de género se refiere. La periodista Alison Fensterstock contaba a The New York Times que ya en los 40 y 50 «las raíces musicales gays de Nueva Orleans eran algo muy popular». «Los artistas gays han sido celebrados desde siempre en la cultura negra de Nueva Orleans», escribe, «por no mencionar que en Nueva Orleans hay mucha tradición con todo el tema de las máscaras, los mimos, el carnaval y todas esas cosas raras de la inversión de identidad. No quiero decir con esto que la comunidad negra de Nueva Orleans sea más tolerante con el gay típico, pero sí lo es mucho más con la gente gay que lleva su «mariconeo» al escenario».
El videoclip de ‘Formation’ reflexiona sobre esta cuestión intercalando entre sus ritmos las voces de dos iconos «queer» de Nueva Orleans como son Big Freedia, la «reina del bounce» por excelencia, y Messy Mya, un joven local, de nombre real Anthony Barre, que fue asesinado de un disparo en 2010 y cuya extravagancia sin complejos le convirtió en una personalidad de YouTube. Suya es, de hecho, la primera voz que oímos en el vídeo, anunciando su llegada («What happened at the New Orleans? / Bitch, I’m back by popular demand»). La gran frase sampleada en el clip, «oh, yas bitch, I like that», es suya. Por otro lado, la aparición de Big Freedia, aunque marginal, es interesante por su uso de la frase «slay bitch», que es jerga gay, particularmente jerga gay afroamericana. La misma Beyoncé repite la palabra «slay» varias veces en ‘Formation’. Es una declaración de intenciones: ‘Formation’ es un himno negro, feminista y gay. ¿Qué más se puede pedir?