Al asturiano Pablo und Destruktion no le ha gustado nada que La Sexta utilice su canción ‘A veces la vida es hermosa’, una de las mejores de 2015 y contenida en el notable ‘Vigorexia emocional‘, nominado al Premio Ruido, sin él enterarse, para promocionar la serie ‘Merlí’.
Tras mostrar su malestar en Facebook a finales del año pasado, después rectificar y finalmente volver a protestar públicamente, hoy informa de que ha interpuesto una demanda asistido por su abogado Servando Rocha. En su carta explica que considera que «se han vulnerado sus derechos de propiedad intelectual de los que es titular» a pesar de que la cadena finalmente le había contestado que «se le estaba promocionando y eso era bueno para el artista» y que podía usar la canción según sus acuerdos suscritos con la SGAE.
El comunicado hace una actualización tras exponer esta situación que ya conocíamos, indicando que «por motivos artísticos y/o personales (Pablo) no tiene declarada ni registrada en la entidad de gestión SGAE la canción objeto de litigio, ni tampoco ha firmado acuerdo con dicha entidad para que, en su propio nombre y derecho, autorice dichos usos».
El contrato entre La Sexta y la SGAE es el llamado “Contrato-autorización para la utilización del repertorio de SGAE por operadores (Emisoras) de televisión”. En dicho contrato-autorización se señala expresamente que «la comunicación pública y la sincronización de obras musicales en spots publicitarios así como en obras audiovisuales no documentales, quedarán cubiertas por este contrato, siempre que previamente el titular haya otorgado singularmente su autorización para dichas sincronizaciones». Pablo Und Destruktion indica en su comunicado que «no ha otorgado dicho permiso, ni tan siquiera se le ha comunicado dicho uso en modo alguno».
El comunicado recalca el desconocimiento de muchos creadores por los contratos que suscriben sus entidades de gestión con terceros, la falta de adecuación del contrato de adhesión de la SGAE con la actual Ley de Propiedad Intelectual, la incapacidad de gestión individual y autonomía artística del artista para gestionar individualmente su catálogo y la actitud «contradictoria de una cadena como La Sexta», que «por un lado dice supuestamente defender los derechos de autor y por otro lado los vulnera y hace oídos sordos a la consecución de un acuerdo que, inevitablemente, ha conducido a ser demandada».
Se concluye que se espera que esta demanda suponga «un hito en la vida cultural y artística en este país».