Devendra Banhart camina por una calle de Los Ángeles e imagina dónde estará su amigo Asa Ferry. ¿Quizá sentado frente a la estación de autobuses? Banhart quiere tanto a su colega, miembro del desconocido grupo de pop orquestal Kind Hearts & Coronets, que comienza a escribir para él una canción llamada ‘Middle Names’ sobre esa imagen tan poética que le ronda la cabeza: ambos pueden estar paseando por la ciudad sin que el otro sepa dónde se halla cada cual, cuando puede que sólo les separe una manzana. Asa Ferry muere de manera repentina y Devendra, destrozado por no haberle podido ayudar, termina la canción que ya había empezado, la que al final abre su nuevo disco, ‘Ape in Pink Marble’, el primero desde ‘Mala‘.
Cuenta el artista en una entrevista que publicaremos próximamente que en estos 3 años han sido muchas las personas de su entorno que ha perdido. Sin embargo, Devendra siempre ha sido un cantautor muy peculiar, y este no es un disco lleno de composiciones para superar su duelo. No es, ni más ni menos, que otro disco de Banhart en el que caben muchas de las experiencias que ha vivido recientemente. Y están las malas, pero también las anécdotas insignificantes, como la que inspira la divertida ‘Fig in Leather’, una ¿auto?parodia de un tipo que pretende ser caballeroso para terminar en realidad cubierto de caspa hablando de tecnología desfasada, todo ello envuelto en sugerentes teclados de disco lo-fi, deliberadamente eso, desfasados; o ‘Theme for a Taiwanese Woman in Lime Green’, simplemente el retrato de una conversación con una «señora mayor» con un traje de «lima verde», vista desde su coche en otro paseo por Los Ángeles. Devendra le dice que le gusta tanto su ropa que quiere hacer una canción sobre ella y ella le contesta: «I’m from Taiwan daaahhhlllliiinnggg, Taiwan!».
Son anécdotas que conocemos por un «canción por canción» escrito por Devendra Banhart expresamente para la prensa que se subió por error a internet para luego desaparecer, pues el artista prefiere que sus seguidores creen sus propias historias en torno a las canciones del disco. No revelaremos los detalles de cada una, que seguro que terminan emergiendo de una forma o de otra a través de una entrevista por aquí y un Genius por allá, pero la nota sí deja una cosa clara: Devendra Banhart no ha querido hacer un disco conceptual por mucho que cuando le preguntes se agarre a una extraña imagen, la de un hombre con una camisa manchada, dentro en un hotel de Los Ángeles, al que llegamos haciendo zoom después de un viaje que pasa por Japón. Vale, en varias canciones suena un koto; vale, el disco habla tanto de Los Ángeles y California que hay hasta dos referencias a ‘California Hotel’, una musical (‘Linda’) y otra lírica (‘Souvenirs’), ¿pero no te estarás quedando con nosotros, verdad, Devendra? Porque lo de que el disco está influido por el Brit-pop y Suede es muy en fin…
La mala noticia en esta falta de conexión entre unas canciones y otras es que Devendra pierde la oportunidad de publicar un disco sobrecogedor, quizá el que necesitaba después de tanto tiempo sin álbum. Sobre todo porque contaba con canciones con una cadencia tan melancólica como ‘Saturday Night‘, con frases tan llenas de contradicciones como de verdades («por qué llorar una pérdida cuando la vida es dejarse llevar pero sin olvidar / todo lo que te hace fuerte no durará mucho»); o la misteriosa ‘Linda’, cantada en femenino. Incluso el dream pop de ‘Mourners’ Dance’, diferente al resto del disco puesto que es la única cuya música es de Josiah Steinbrick al completo y no de Devendra; o la bossa llena de sintetizadores de «Taiwanese Woman», que curiosamente no es de las canciones del disco que ha contado con Rodrigo Amarante; caben en esa mitad que invita al recogimiento.
Pero luego está el alegre homenaje a Jonathan Richman, una ‘Jon Lends a Hand’ sacudida de marimbas y luminosidad; y la parte más olvidable e intrascendente del disco, entre la que se puede citar la aburrida ‘Souvenirs’, la religiosa ‘Mara’ o la no tan «fancy» ‘Fancy Man’, que impiden que ‘Ape in Pink Marble’ ofrezca algo 100% memorable para neófitos (y para Blood Orange). Eso sí, la buena noticia es que sumando todos estos ingredientes «como agua para chocolate» seguimos encontrando a un cantautor totalmente sui géneris que pasa de todo para retratar su entorno según le viene. Tardes de domingo de calma y melancolía asfixiante, de tristeza y euforia, a partes iguales, de nuevo.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Middle Names’, ‘Mourners’ Dance’, ‘Saturday Night’, ‘Theme for a Taiwanese Woman in Lime Green’, ‘Linda’, ‘Fig in Leather’
Te gustará si te gustan: Ariel Pink, Jonathan Richman, Adam Green
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