El sello donostiarra Moonpalace Records cierra tras haber «perdido la ilusión». En un comunicado su responsable (Juanra Prado) habla de cierta incomprensión del público. Se apela a «momentos de frustración al ver que eso que tú consideras maravilloso era incapaz de llegar a la gente, de ser escuchado, valorado… de sentir que estabas sacando los discos para apenas un puñado de personas». Paradójicamente, las ediciones del sello solían estar limitadas a 100 copias, siendo artesanales, hechas a mano. Muchas referencias de Ursula o House of Wolves estaban agotadas aunque es cierto que muchas otras de Francis Alun Bell o el mismo House of Wolves, no. El proyecto del angelino Rey Villalobos aparecía en nuestro top 20 de mejores discos de 2015 con ‘Daughter of the Sea‘. Os dejamos con la nota de prensa y uno de los pequeños grandes discos editados por el sello:
«Pues ya está, llegó el momento de decir adiós, de bajar la persiana, mirar atrás y sentirse orgulloso del trabajo hecho.
Han sido trece años desde la primera referencia, trece años de sacar discos maravillosos, de conocer a gente, de disfrutar muchísimo con el proceso, y por qué no, también momentos de frustración al ver que eso que tú consideras maravilloso era incapaz de llegar a la gente, de ser escuchado, valorado… de sentir que estabas sacando los discos para apenas un puñado de personas.
Sin dramas, esto se acaba pero la música sigue ahí, que al final es lo importante. Y en mi caso lo que queda además es la sensación de haber logrado lo que desde un principio me propuse, o al menos eso creo firmemente, un sello totalmente personal, para lo bueno y para lo malo, con una línea muy definida, quizás no la más fácil ni popular, pero sí la que más me gustaba a mí, y la que con el tiempo he visto que ha habido gente que ha apreciado y valorado.
Sin más, he perdido la ilusión y sin eso es imposible seguir, al menos en algo tan personal y con esta filosofía tan definida de ocio y disfrute puro y duro. Las cosas que queremos, que hacemos porque nos llenan y nos aportan algo hay que hacerlas así, cuando se pierde la ilusión se convierten en rutina y eso lo acaba estropeando todo, antes de que eso pase es mejor ponerles final.
No habrá actos de despedida, ni fiestas, ni nada parecido… la “celebración” de este final será lo que siempre ha sido el principal objetivo y motivación de moonpalace records, sacar discos. Así que habrá una última referencia, la número 36, el “canto de cisne” del sello, un último disco que verá la luz en noviembre y que cerrará de manera definitiva una historia muy bonita y emocionante que me ha encantado compartir con vosotros.
Hasta siempre».