Algo por detrás del ‘Carpool Karaoke’ de Adele en el Top 10, otro de los vídeos virales de 2016 era la primera actuación de la niña de 12 años Grace Vanderwaal en la más reciente edición de ‘America’s Got Talent’. El vídeo muestra a una pequeña de apariencia frágil y encantadora que se transforma cuando se pone a rasgar su ukelele y cantar una canción compuesta por ella misma llamada ‘I Don’t Know My Name’. El jurado, compuesto por Simon Cowell, Heidi Klum, Mel B y Howei Mandel, se queda completamente boquiabierto con su actuación y la envía directa a la fase final con el llamado “pulsador dorado”, mientras Cowell afirmaba tajante “serás la próxima Taylor Swift”.
Tres meses después, el pasado septiembre, Grace llegaba a la final del talent-show, ya convertida en un pequeño fenómeno de Internet, con miles de niños y adultos versionando aquella primera canción en Youtube. Por supuesto ganó el concurso cantando otro tema original, ‘Clay’ (entonces titulado ‘Baby, I’m Not Clay’). Lo cierto es que, viendo sus actuaciones, salta inmediatamente a la vista que no ganó porque era una monada o, simplemente, una niña. Sus interpretaciones, con una soltura, naturalidad y personalidad totalmente atípicas para una chica de su edad, emocionan de una manera genuina. Y para colmo sus canciones, aunque el ukelele esté tan resobado como las paraditas y subidones de sus temas, son notables incluso aunque no se tratara de una compositora tan joven.
Hace un par de semanas, Grace lanzaba en Columbia ‘Perfectly Imperfect’, un EP de debut que recopila las composiciones que interpretó en el programa (más el inédito ‘Gossip Girl’) y que alcanzó el número 9 del Billboard 200. La producción del reputado Greg Wells (Adele, Katy Perry, Rufus Wainwright, Pharrell…) se limita a añadir discretos arreglos para que la particular voz de Vanderwaal destaque. Una voz que por color y su especial manera de rasgarse, recuerda sobre todo a Sia.
También en sus composiciones, especialmente en el tipo de pop que la australiana facturaba en la era pre-‘Chandelier’. En cualquier caso, nos la imaginamos más componiendo e interpretando grandes canciones que siendo una estrella del pop al estilo Swift, como vaticinaba Cowell. Lo que seguro no sería deseable es que, dado su temprano éxito, la mangoneen tanto que acabe siendo otro juguete roto de la industria, porque anda sobrada de talento para hacer grandes cosas.