Esta semana escucharemos el primer single del inminente álbum de Los Planetas, previsto para marzo. Desde hoy lunes hay una preventa del sencillo ‘Espíritu Olímpico’ en formato CD-single y 7 pulgadas funcionando a través de su web, pero será este viernes 27 de enero cuando la canción llegue a las plataformas de streaming y de venta digital habituales. Estas son las razones por las que el regreso del grupo es totalmente necesario:
1.-Llevamos 7 años sin disco de Los Planetas: Los Planetas sacaban disco de estudio tradicionalmente cada 2 años. Lo hicieron todos los años pares sin excepción durante una década, de 1994 a 2004. Ni todas las drogas repartidas en Granada impidieron que ‘Una semana en el motor de un autobús’ saliera en 1998, pero desde 2007 la banda relajaba el ritmo hasta llegar hasta este lapso interminable en el que no han faltado un fugaz paso por El Segell del Primavera Sound, un EP suelto, paternidades ni rumores de separación.
‘Una ópera egipcia‘ fue un buen disco, aunque desde el punto de vista artístico no pudiera quitarse de encima cierta sensación de amalgama entre el hit planetero de siempre, su vertiente flamenca que tanto bien ha hecho por su discurso y una más electrónica. Ahora todo el mundo se pregunta por la dirección artística de lo nuevo de Los Planetas después de tantísimo tiempo. ¿Será su disco más pop, su disco menos pop, su disco más coherente o su disco más despreocupado? Tras 7 años sin álbum, casi que cualquier opción será bienvenida.
2.-La reivindicación de su legado: Hace unos años salían tantos grupos parecidos a Los Planetas que hasta se llegó al hartazgo. Durante un tiempo copiarlos estaba muy mal visto, pero últimamente, quizá como reacción al trap y derivados, una serie de grupos emergentes está imitando con bastante éxito el alcance pop de su primera etapa. El pelotazo dado por Viva Suecia, que acaban de actuar en OchoyMedio con todo agotado, o el fichaje de Warner de Supertennis pueden ir por ahí, así que si va a ser tendencia, nadie mejor que la banda original para valerse de ello.
3.-Este disco tiene que ser su primer número 1: ‘Una ópera egipcia’ no fue número 1 en España por 50 copias de diferencia, quedando en el puesto 2. Por A o por B los discos de Los Planetas no han sido nunca número 1 en nuestro país. Las cosas han cambiado mucho en estos 7 años y ahora es habitual que gente como Vetusta Morla, Love of Lesbian o Manel sí sean número 1 en España y a la banda de Jota se le debe ese titular. No parece muy claro que vayan a conseguirlo desde la autoedición y ahora que están fuera de Sony, ni tampoco que sea su objetivo, pero sería justicia poética, ahora que el indie vuelve a sonar en 40 Principales, 20 años después de ‘David y Claudia’. Arturo Paniagua pinchará su nuevo tema con toda seguridad, ¿pero y el resto de la parrilla de la cadena de Prisa? Sin multi detrás, parece poco probable esta vez, pero veremos.
4.-Hay que acabar de una vez con la nostalgia: De un tiempo a esta parte, hemos asistido a cada concierto de Los Planetas como si fuera el último. Realmente el grupo no ha dejado de dar un show por allí y un show por acá, pero cada uno de ellos tenía tal sabor a final que dejaba un regusto amargo, incluso de gente llorando por todos los lados. Con pocos cambios en un setlist que tendía a reservar sus mayores hitazos para el final, y siempre sin anuncio de nuevo disco en mente, Los Planetas daban la sensación de estar despidiéndose todo el rato.
Eso no les hacía favor ni a ellos ni al público que veía los conciertos. Ellos parecían estar viviendo de las rentas y nosotros nos hemos llegado a creer que teníamos 10 años más de los que teníamos de verdad recordando ‘De viaje’, ‘Segundo premio’, ‘Pesadilla en el parque de atracciones’ o ‘Un buen día’. Lo hemos presenciado en Primavera Club, en un FIB, en alguna sala, en el Low Festival… Nuevas canciones, nuevos aires, nuevas sensaciones son ya necesarios. Ni ellos estaban para firmar su final ni nosotros tampoco. En marzo sabremos cuánto ha merecido la pena la espera, pero lo seguro es que su viejo repertorio no se podía exprimir otra temporada de festivales, ni aunque solo fueran a uno.