«El Pardo es una obra de amor y vitalismo. Y… ¡amar es combatir! O eso decían Maná»

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«El Pardo es una obra de amor y vitalismo. Y… ¡amar es combatir! O eso decían Maná»

el-pardo-2016Uno de los grupos del underground estatal más combativos y comprometidos con la agitación político-social son los madrileños El Pardo, una formación cambiante en la que las afiladas y ácidas letras de Raúl Querido marcan la diferencia. Algo más de un año después de ‘2015’, han anunciado la próxima publicación de ‘Europa SÍ’, un nuevo largo con el que, además, parecen más dispuestos a alcanzar una mayor difusión y a un público mayor. De hecho, sus nuevos temas (y también los pretéritos) están disponibles en Spotify por primera vez. Este 10 de marzo El Pardo actúa junto a Beach Beach en Madrid. Las entradas cuestan 6 euros y están disponibles en Ticketea.

Se trata de ‘Amor, pureza, salvación’, una canción de clara intención indie-pop-rock en la que, aunque parece albergar múltiples interpretaciones, no hemos podido evitar encontrar ciertas similitudes con la situación post-Vistalegre II de Podemos, un partido ideológicamente cercano a la posición del grupo. Aprovechando esta presentación, hemos realizado algunas preguntas al grupo sobre esta y otras canciones de su álbum, además de cuestionar en qué punto se encuentra la banda. Para empezar, es imprescindible saber cuál es la formación actual de la banda, que nos presenta Raúl:

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«Ahora mismo El Pardo somos Alberto (batería, también en Alborotador Gomasio), David (bajo, también en Béton Brut), Javier (guitarra, también en Tigres Leones –que no ha podido contestar a la entrevista–), Koldo (guitarra, también en Alborotador Gomasio y Hazte Lapón) y yo (también en Algora y Caliente Caliente). Somos los que hemos grabado el disco. Además nos refuerza en concierto Juanma (guitarra, también en Campeón), que aunque no estuvo en la grabación, es ya parte del grupo».

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Contadnos qué ha pasado en el grupo desde que publicárais ‘2015’ a finales de aquel año.


Koldo: Hemos estado completando un proceso de adaptación para poder hacer frente a los continuos cambios de formación que el grupo ha experimentado. En lo personal y en la vida de El Pardo ha sido una época de transición, dura y de la que, creo yo, salimos reforzados en lo vital.



David: Yo sustituí a Miguel y empecé a aportar algunas ideas o frases que tenía con el bajo desde hace tiempo, y a partir de ahí empezamos a trabajar las canciones del disco nuevo. Con Javi, Koldo y Alberto completamos la música en el local y Raúl fue haciendo las letras. Con Natalia, nuestra batería durante parte de 2015, hicimos una canción nueva de 10 minutos. También hemos tocado un montón en directo en estos dos años, quizás en el último algo menos.

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Alberto: Yo entré sustituyendo a Paula a modo de suplencia temporal a la espera de que se incorporara alguien de forma definitiva a la batería, pero empezamos a ensayar y sacar nuevas canciones en el local y me fui integrando de manera muy natural. Siempre he sido fan de El pardo así que me sabía el repertorio, y como somos amigos desde hace bastante ya, todo resultó muy fácil.



Raúl: Sabemos que vamos a seguir siendo un grupo cambiante, coyuntural, alrededor de un núcleo humano y de una idea que nos vincula. Es una suerte serlo mientras cuentas con tantos apoyos como nosotros: hace poco echamos cuentas y entre integrantes, refuerzos y colaboraciones puntuales, hemos pasado ya cerca de treinta personas por El Pardo.

Como dice Koldo, nos hemos tenido que adaptar y avanzar pasando vaivenes y dificultades. Por fortuna, hemos encontrado sentido a todo el proceso y, a base de empeño y cariño, hemos llegado a grabar un tercer disco que creemos es el mejor nuestro y con la misma formación con la que hemos dado nuestros mejores conciertos hasta la fecha. Es bonito que haya podido quedar una huella de este momento.

«Nosotros más de una vez hemos deseado que nunca se llegase a una investidura completa. Y, visto lo visto, igual no estábamos tan errados»



Fuera del grupo, en ese tiempo hemos asistido al esperpento máximo de la política nacional, una tragicomedia absurda que nos tiene inmersos en un «día de la marmota» agotador. Siendo un grupo tan marcadamente político, ¿cómo ha influido todo eso en ‘Europa SÍ’?


D: Las mayoría de canciones están hechas desde hace bastante, por lo menos un año y medio. Eso, en un grupo con la inmediatez que tiene este, da una idea de en qué época nos movemos. Yo pensaba que las canciones se echarían a perder si no editábamos pronto el disco, pero parece que no es así… De hecho, todo son como pequeños bucles y repeticiones que nos llevan a no se sabe muy bien dónde, y por eso creo que las canciones aún tienen vigencia.



A: Por desgracia, la situación política y social parece estancada ya desde hace mucho tiempo. El Pardo surgió de una necesidad de gritar y denunciar la realidad asfixiante allá el 2013, y a día de hoy sigue teniendo todo el sentido.



R: El ciclo/circo electoral interminable ha sido parte de ese proceso, de la creación de las canciones. Cuando estrenamos ‘2015’ ya estábamos en pleno proceso de elecciones eternas. No hemos podido dejar de hacer canciones con nombre. Pero también hablamos de cuestiones más generales. De malestares que son políticos, que son sociales, que son existenciales y permanentes. Que al final no sé si se acentúan con tanta mierda de política espectáculo, o bien se han vuelto tan sistémicos que más bien sirven para acorcharnos y que la política espectáculo incluso nos alivie. Nosotros, desde luego, más de una vez hemos deseado que nunca se llegase a una investidura completa. Y, visto lo visto, igual no estábamos tan errados.



K: La línea narrativa viene siendo la misma desde que empezamos. Un refugio para confeccionar letras e instrumentación que sirvan para combatir este desolador presente y hacer una llamada a la construcción de comunidad como respuesta a la situación sociopolítica actual. En ese sentido, creo que hemos vuelto a colocar las fichas de las noticias que han dado estos años y, como novedad, incluimos un giro más emocional en la canción ‘Amor, pureza y salvación’.

Así las cosas, con la ilusión de un giro argumental arrastrada por los suelos, con cada vez mayor desencanto y resignación… ¿habéis necesitado una motivación extra para hacer canciones?


D: No lo creo. Yo desde que entré en el grupo siempre veo un camino, ideas o cosas que hacer, y de ahí parte la motivación.



A: El espíritu sigue intacto, y los acontecimientos políticos son otros pero igualmente inspiradores.



K: Seguir a diario en la rueda del mercado laboral es suficiente motivación como para poder querer después gritarlo con mucha fuerza en el grupo

.

R: Las canciones, cuanto más las trabajamos, más da la impresión de que se hacen solas. Es cuestión de tener tiempo, energía, algo que contar y juntarse para ver cómo nos sale contarlo. Desencanto hay. Y resignación, pues cuanto menos, mejor. Hay desconexiones de la realidad que igual no te puedes permitir hacer, y eso a veces sí exige cierto grado de resignación. Pero yo creo que la posibilidad de hacer canciones en grupo y compartirlas, trasciende la necesidad pura y se convierte en un premio, en una motivación en sí misma.




«“No somos underground, somos pobres” (…) me parece una buena línea bajo la que aglutinar todo esto»

Hoy estrenamos ‘Amor, pureza, salvación’. ¿Cuándo nace esta canción? Porque parece retratar con bastante precisión la disensión interna de Podemos, con esa alusión al amor que tanto le gustó usar a Pablo Iglesias. ¿Se veía venir este cainismo? ¿Hay esperanza de resurgir tras «el disparo en el pie»?


A: Yo esta canción nunca la he entendido así, mas bien la veo con el retrato de un momento de reflexión acerca de lo ocurrido en mayo del 2013, una mirada en perspectiva que deja ver lo que no ha cambiado tanto como esperábamos, pero también lo que nos queda y no nos podrán arrebatar. Seguramente es muy interpretable, y solo Raul sabe el significado de su letra.



D: No creo que esta canción en concreto hable (solo) sobre Podemos, creo que es algo más amplio. De hecho la “pureza” de la letra puede tener distintas connotaciones que puede leer cada cual que estuvo en las plazas de una manera diferente. Evidentemente en todo proceso de transformación surgen fallos, tiros en el pie… pero hay que afrontarlos con humildad y disolviendo un poco el ego, que es lo más difícil. Tampoco creo que haya que caer en el fatalismo y en el cinismo porque ahí es cuando estaremos perdidxs. Además creo que el futuro no nos va a permitir hacerlo. 


K: Hay conexión con esto que planteas pero supongo, al fin y al cabo la letra es de Raúl, que por lo que nos conocemos entre nosotros y los puntos que podamos tener en común, hace una crítica más amplia a una línea de pensamiento que puedes encontrar no sólo en política, sino también en la música, en el trabajo, etc. La integridad total, aspirar a ser un santo y que tus acciones transiten sólo por el camino de la auténtica pureza cuando perteneces a una clase social desfavorecida y cuya línea de demarcación es muy difícil traspasar, es un verdadero disparo en el pie. “No somos underground, somos pobres”, frase de una camiseta con la que Raúl salió a tocar un día, me parece una buena línea bajo la que aglutinar todo esto. Desde luego que en la canción podemos encontrar alusiones fácilmente relacionables con los movimientos sociales que, más tarde, desembocaron en la formación de un partido político pero, como dije antes, pienso que la intención de Raúl va más allá.


R: Fue la penúltima letra que salió. Lo que aventuran mis compañeros es todo cierto, en parte. Hay mucho de empatía con quienes se han lanzado a representarnos y se arriesgan y se equivocan y, con la mejor intención, quizá tienen que vivir con esa equivocación, ser consecuentes, purgar o sublimar la rabia…
Por lo demás, es la canción más metafórica de El Pardo y preferiría no terminar de explicarla. Hay quien pregunta si trata de una ruptura sentimental, y puede que también haya algo de eso.

Es curioso que, musicalmente, es una de las canciones más pop y «fáciles» que hayáis hecho nunca, y no es la única canción con aspiraciones pop del disco, con ganchos claros. Incluso os adentráis en géneros como el ska. ¿Os lo perdonarán vuestros fans más straight-edge

?
R: Nuestros seguidores son gente abierta. Y a nosotros nos pedía el cuerpo dar entrada a más variantes musicales que nos gustan. No hay ejercicio de estilo, sino un juego muy serio: aprender probando.
Respecto al straight-edge, yo en los últimos meses he dejado el café, el té, los lácteos (¡por fin!) e incluso el sexo. Espero que eso cuente. Estamos preparados. Vamos entregados en cuerpo y alma a dar nuestro mejor concierto, el de presentación, el 10 de marzo en Moby Dick.



D: Los que no creo que nos lo perdonen son los señores de izquierdas. Respecto a “Amor…”, queríamos hacer una canción indie de una vez, que sonase a Echo & The Bunnymen, Dinosaur Jr y Built to Spill, para dejar de simular que somos punk y tal. Quién iba a decir que una vez indie y punk fueron lo mismo.



A: En los conciertos han sido bien recibidas todas. De hecho, creo que público de El pardo es muy heterogéneo, y sobre todo con muy buena disposición a escuchar lo que tenemos que decir sea cual sea el palo musical en el que nos movamos. 
Ha habido una evolución clara en lo musical lo que lleva a mi modo de ver a un enriquecimiento de las letras, aumentando las posibilidades líricas.



K: Un poco en consonancia con la pregunta y la respuesta anteriores, muy de acuerdo con lo que dice David. Creo que nosotros no engañamos a nadie. La letra de la canción la compuso Raúl y el resto de la música entre todos. Si bien es cierto, que es una canción cuya idea primigenia me salió en el local de ensayo y, al principio, estuve a punto de tocarla con mi otro grupo, Alborotador Gomasio, que sí que está más descaradamente dentro del marco de grupos de indie rock…sin embargo, la probamos con El Pardo y el camino que se nos abrió nos gustó mucho.
 Venimos de las referencias que David ha descrito, aunque luego también nos gusten un montón de grupos de punk. La pureza como elemento para juzgar, para el que la quiera. Yo no juego a ser punk. Toco la guitarra en grupo con mis amigos.




«Nos hemos emocionado cuando nos llegaron mensajes de chavales mexicanos que nos decían que se ponían nuestras canciones antes de ir a jugarse la vida»

Aunque ‘Europa SÍ’, la canción que habíais dado a conocer antes, llama a la insurrección y a la lucha, en general el álbum parece menos incendiario, más un retrato del sainete social que digerimos día a día con bastantes tragaderas que una antorcha para incendiarlo. ¿Habéis depuesto la actitud combativa?


A: Para nada. Sólo ha evolucionado la manera de contarlo,pero el mensaje sigue siendo claro y con la misma carga de rabia. Las letras de Raúl cada vez son más certeras y mejor hiladas.



R: En lo tocante al sonido, creo que hemos intentado reflejar todo lo que nos apetecía probar y tocar, pero no creo que nos hayamos ablandado. De hecho el disco es más rápido y ruidoso que los anteriores. Y sigue habiendo momentos en que sonido y lírica se mezclan, se ponen duros. Cosas que retan, creo yo. Y cosas que premian.
En cuanto a las letras, igual he ampliado el campo de batalla de tal manera que mientras hay canciones o momentos más acordes a la confrontación, también he reflejado las batallas que se libran en casa, en la retaguardia, por dentro. Es como un diario de contradicciones.
Para mi lo más desapacible fue escribir y recitar ‘Un día más’. Es una canción larga que trata de un combate que muchas personas conocemos en primera persona, en contra de una depresión que es plaga, y que atiende tanto a factores internos como ambientales. 
Las letras se crean al hilo del la canción y del sonido, y viceversa. Y normalmente no se terminan hasta que se graban y, en muchas ocasiones siguen mutando después. Entonces, si la lucha cambia de terreno o de estrategia, algo puede cambiar en las canciones, al menos en el local y luego en directo. Eso ha pasado con las de los dos primeros LPs.
 A mí me gusta pensar que hay un hilo que se entreteje a través de los tres discos, y es el del sentido de la lucha y la búsqueda de una paz de espíritu que no sea inane, que no obvie los desastres alrededor, sino que permita encararlos desde cierta sabiduría, desde la empatía y la solidaridad. Personalmente, yo lo busco a través de la expresión de la propia contradicción, como forma de mostrarse uno, y de que los demás se encuentren, quizá, en sintonía. Intento ser honesto para ofrecer y encontrar empatía. Y también está la búsqueda y ofrecimiento de apoyos y cuidados muy concretos que se vuelven mutuos y fundamentales en la resistencia contra las adversidades. Nosotros nos hemos emocionado cuando nos llegaron mensajes de chavales mexicanos que nos decían que se ponían nuestras canciones antes de ir a jugarse la vida en las manifestaciones tras el asesinato de aquellos estudiantes a manos de la policía. 
Por supuesto, no todo es trágico. Creo que hay un humor crudo y un inmenso amor por la vida en lo que hacemos. Ojalá seguir importando a alguien que busque compañía en sus luchas, como la encontramos nosotros en las demás personas. Para nosotros, desde luego, El Pardo es una obra de amor y vitalismo. Y… ¡amar es combatir! O eso decían Maná.

Habéis regrabado algunas canciones de ‘2015’, como ‘Matadero’, ‘Nestlé’, ‘Karkajada’ y ‘Plasma’. ¿Por qué?


R: Fue una decisión debatida, pero al final llegamos a un consenso y se decidió que, dado que estábamos conformes con las otro ocho canciones -las siete nuevas y la versión de Eskimales-, sí tenía sentido no dejar sin regrabar las cuatro que indicas, que son de nuestras favoritas y que, consideramos, habían evolucionado mucho en cuanto a velocidad y contundencia después de registrarlas una primera vez. De hecho, ‘Plasma’ mutó enseguida, a partir de una improvisación en el local y un cambio de letra sobre la marcha en directo. Ahora funciona no sólo como crónica de lo concreto -esa mítica “Muerte en León”- sino como un alegato alrededor de cómo la sociedad de consumo postcapitalista nos convierte a todos los animales en lo mismo: carne para el comercio. Por eso da paso, de inmediato, a ‘Matadero’. Creo que son canciones coyunturales… pero que siguen vigentes. Y ahora suenan más fuerte, más rápido y, a la vez, aturden y despejan más.

A: El disco entero es un reflejo de estos 2 años en los que el grupo ha cambiado y evolucionado, y estas canciones han sido parte de nuestro repertorio habitual y también han evolucionado con nosotros y creíamos que merecía la pena que quedaran registradas con el nuevo sonido del grupo, lo cual me hace mucha ilusión, porque ‘Matadero’ y ‘Nestlé’ son mis favoritas.

Fotografía de Aitana Guzmán, cedida por el grupo.

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