Desde que en 2008 editara ‘Escuela de Zebras‘ y ‘Supercrepus‘ Joe Crepúsculo no ha parado quieto. ‘Disco Duro’ supone su octavo álbum (en 9 años) y, a diferencia de su previo ‘Nuevos Misterios‘, la influencia latino-aflamencada ha mermado considerablemente a pesar de contener una canción como ‘Un Demonio con Piel de Cordero’ en la que vuelve a hacer acto de presencia en los coros su amiga Soledad Vélez entre teclados gameboyistas y guitarras españolas.
Para ‘Disco Duro’ el Crepus ha querido rebajar las revoluciones, centrando su atención en los pequeños detalles y obviando su yo más makinero. Sigue firmando números de lo más bailable, por supuesto, como el infeccioso ‘Música Para Adultos‘ (entre Franco Battiato y Baxendale) o ese ‘Pisciburguer’ tan rematadamente ochentas en el que el catalán anhela esas tardes de verano al borde de la piscina aderezadas de cerveza y grasas saturadas. Pero uno de los puntos fuertes del disco está, sin duda, en los diversos medios tiempos y en el papel protagonista de unas letras igual de inspiradas que pesimistas.
Sin ir más lejos, ‘Rosas en el Mar’ (escrita por su músico Aaron Rux), con esos vientos que tan bien le quedan en los minutos finales, nos muestra al Joe más vulnerable y sensible que recordamos en mucho tiempo. El desamor, por consiguiente, se postula como uno de los pilares de este disco, ya que en ‘Las Alas del Adiós’ se atreve incluso a firmar una torch song crepuscular con una producción que renuncia a los sintes analógicos que, de siempre, han sido una de sus más características señas de identidad.
Aparte de esos mal de amores hechos canción, parece que ‘Disco Duro’ se vale en su temática de conflictos cotidianos de toda índole: desde la amenaza en la calle de alguien que quiere arrebatarte la cartera como si de una escena del cine quinqui de los ochentas se tratara (‘Te Voy a Pinchar’); pasando por cómo nos afecta el paso del tiempo y nuestras prioridades (esa ‘Familia y Cigarros’ con las justas dosis de tropicalismo contemporáneo), o las ansias que algunos tienen de refugiarse en las montañas para escapar de una sociedad que sólo vive por y para la tecnología o el postureo (‘Vamos al Bosque’).
Joe Crepúsculo puede ser muchas cosas, pero nadie puede discutir que es uno de los artistas más eclécticos y personales que hemos tenido en muchos años. Puede ir de profundo cuando le apetece, sí, pero siempre es capaz de sorprenderte para bien reivindicando a Fleetwood Mac en ‘Esto Es Lo que Hay’ (que no hubiera desentonado para nada en ‘Chill Out‘) o marcarse todo un trabalenguas sonoro de lo más divertido en ‘El Dicho’, recuperando el espíritu irónico de sus dos primeros álbumes. ‘Disco Duro’ funciona estupendamente como compendio de los mejores Joe Crepúsculo que hemos conocido a lo largo de estos nueve años. No sabemos cómo lo hace, pero aún no ha firmado ningún largo inferior.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Un demonio con piel de cordero’, ‘Música Para Adultos’, ‘Pisciburguer’, ‘Rosas en el Mar’,
Te gustará si te gustan: el Crepus bailable y el más refinado, por igual
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