Este mediodía, Katy Perry ha estrenado el videoclip de su nuevo sencillo, ‘Chained to the Rhythm’. El vídeo es vistoso y colorido y contiene un punto de humor, por lo que encaja perfectamente en la obra visual de Perry hasta ahora, conformada por vídeos similares como ‘Last Friday Night’ o ‘This Is How We Do’. Esta vez, sin embargo, y como expresa la letra de la canción, Perry trae en su vídeo un mensaje político que critica la peor cara del capitalismo americano.
El vídeo transcurre en unos futuristas años cincuenta y sitúa al espectador y a nuestra protagonista en un parque de atracciones llamado Oblivia (una variación de la palabra inglesa «oblivion», «olvido») por el que Perry se topa con atracciones llamadas «la gran caída americana» o con personas que caminan cual «zombis que van pedo» (como reza la canción) pegados a sus iPads. También la vemos montada en una montaña rusa que pasa a través de un túnel por el que vuelan iconos de Facebook o en esa rueda de hámster que gira eternamente. «It goes on and on and on».
Si bien desde el principio está claro que Oblivia es más inquietante que divertido, hasta el punto que parece el típico retrato del sueño americano de Tim Burton, no es hasta la aparición de Skip Marley en el vídeo que este presenta su escena más siniestra, la que retrata a Katy y a varias personas mirando por separado pero colectivamente una sitcom en 3D titulada ‘Nuclear Family’. ¿O es ese final, con Katy atrapada por esos zombis de los que no puede escapar, tras abrir los ojos gracias a Marley, más inquietante todavía?