Feist ha anunciado ‘Pleasure’, su nuevo disco, el mismo que sabíamos saldría en abril. ‘Pleasure’, que sucede al notable ‘Metals’, editado en 2011, se edita el 24 de abril. De momento no hay single, conque aprovechamos para reivindicar cuatro joyas del repertorio de Feist fuera de Broken Social Scene que prueban por qué su regreso importa.
‘Pleasure’:
01 Pleasure
02 I Wish I Didn’t Miss You
03 Get Not High, Get Not Low
04 Lost Dreams
05 Any Party
06 A Man Is Not His Song
07 The Wind
08 Century
09 Baby Be Simple
10 I’m Not Running Away
11 Young Up
La sirena
Feist autoeditó su primer disco, ‘Monarch’, en 1999, pero solo se vendió en conciertos y sigue agotado. Tampoco está en streaming. Curiosamente ‘Monarch’ encaja más con el repertorio que esperaríamos ahora de Feist ahora que ‘Let it Die’, sobre todo gracias a canciones de Americana tan bonitas como ‘La sirena’ o este agradable soplo de viento que es ‘The Onliest’.
Gatekeeper
La canción que abre ‘Let it Die’ es una oda al verano, no solo por su sonido sino también por su letra, que da la bienvenida a esta estación y a las vivencias que con ella vendrán. No necesita Feist más que una guitarra acústica y unos pocos arreglos ornamentales, además de su preciosa voz, para construir una de esas primeras canciones de un disco que conquistan al instante. No dejéis de escuchar la emocionante ‘Amourissima’.
The Water
El segundo disco de Feist, ‘The Reminder’, contiene ‘1234’, la canción de 2007 para JENESAISPOP, pero también es un disco de baladas introspectivas, como la gran ‘The Limit to Your Love’ que versionó James Blake o ‘The Water’, que saca la cámara jazz a un evocador exterior nocturno para construir una canción de belleza lunar. ¿Es su letra un recuerdo del huracán Katrina?
A Commotion
Sin abandonar la serenidad espiritual que evoca su voz, Feist se servía en ‘A Commotion’, incluida en su último disco hasta la fecha, de formas más agresivas, un poco Arcade Fire, para contarnos lo que parece una metáfora sobre el mal de la envidia, y sorprendía por el golpe de efecto de su estribillo, que presenta unos coros masculinos que gritan «a commotion!» como si se hubieran perdido en su camino a una canción de Kate Bush.