La justicia busca a Luis Miguel. El cantante, que justo ayer cumplía 47 años, está enfrascado en problemas legales con su ex manáger, William Brockhaus, a quien, informa El País, Miguel debe más de un millón de dólares por «cancelaciones de conciertos, de giras e incumplimiento de contratos».

Brockhaus representó a Luis Miguel desde 2011 hasta 2014 a través de una agencia creada exclusivamente para este menester, WB Music Management, pero desde entonces, Miguel no ha hecho más que escurrir el bulto a la hora de saldas sus deudas.

Este 17 de abril, Miguel estaba llamado a declarar en la audiencia de Los Ángeles por este caso, pero ha ignorado la cita y la audiencia californiana acaba de dictaminar una orden de detención contra él. El desaire de Miguel tiene su gracia porque el cantante no solo debe dinero a Brockhaus, también ha contraído deudas con su discográfica, Warner Music México, a la que debe cerca de 4 millones de dólares, según El País, y con el cantante Alejandro Fernández, a quien debe 7 millones por una gira de 50 conciertos que jamás se realizó. Miguel está hasta el cuello.

Para demostrar que Miguel sí tiene fondos para saldar su deuda con él, Brockhaus ha pedido, a través de sus abogados, entrevistar al que ha sido el asistente del cantante durante 25 años, Joe Madera. Al contrario que Miguel, Madera sí se ha molestado en acudir a los tribunales este lunes para declarar, aunque sus declaraciones no se han hecho públicas por el momento.