Aunque, en realidad, es tan vieja como el propio planeta, la world music vivió un momento de singular esplendor a finales de los 80, cuando artistas como Paul Simon, David Byrne o Peter Gabriel pusieron sus orejas en la tradición africana, sudamericana o asiática para asimilarla en su música o darle difusión. Especialmente el ex-Talking Heads y el ex-Genesis, que con sus respectivos sellos Luaka Bop y Real World contribuyó a ponerla al alcance del público occidental (y también de la industria). Hasta convertirla, como reconoce el propio Byrne, en música de fondo para restaurantes.
El mal uso de esta etiqueta hizo que la world music perdiera sitio en los grandes medios, pero el germen integrador estaba ahí. Y ese espíritu de hacer colisionar diferentes culturas para llevarlas a espacios nuevos subyace en proyectos como Acid Arab. Este dúo francés formado por los músicos y productores Guido Minisky y Hervé Carvalho nació con una premisa muy sencilla: tomar los sonidos de la tradición de Oriente Medio y Norte de África (percusiones, cuerdas, cantos) y aproximarlos a los patrones de la electrónica bailable.
Puede que como concepto no suene tan novedoso, especialmente para los que vivimos la frecuente fusión de la música hindú, el dub y el techno a finales de los 90. Pero lo cierto es que escuchar temas como ‘Berberian Wedding’ o ‘Samira’ (junto a Fred Avril) se revela aún hoy de lo más sugerente. Consolidados como proyecto, Minisky y Carvalho comenzaron en 2013 a publicar una serie de EPs bajo la etiqueta ‘Acid Arab Collection’ que lograron llamar la atención de melómanos variopintos al reunir en ellos a artistas como Omar Souleyman, Pilooski o Professor Genius, además de incluir sus propias aportaciones.
Convertidos ya en objeto de culto en la escena electrónica, el pasado año lanzaron ‘Musique de France’, un disco que destaca el carácter multicultural de su país a través de las colaboraciones con artistas de origen argelino como Sofiane Saidi o el popular rockero Rachid Taha. Y, sobre todo, un disco de ágil y divertida escucha, capaz de atraer a un público más generalista. Tras hacer disfrutar al público en la pasada edición del Sónar 2016, este verano regresarán a Barcelona para presentar este álbum. Será el día 3 de julio, en Caprichos de Apolo.