Este lunes Ten TV ha estrenado ‘Soy Rosa’, el cacareado docu-reality sobre Rosa López que ha inundado las marquesinas de tu ciudad en las últimas semanas y que además ha apostado por una promoción bastante llamativa basada en lemas como «No soy Rosa, La Gorda» o «No soy Rosa de España». Mucho menos imaginativo es el programa en sí, que vuelve a ser una ocasión perdida para recorrer la fascinante historia de la primera ganadora de ‘Operación Triunfo’. Aquí van cinco maneras de mejorarlo.
Sobra un poquito de promoción de sus nuevo disco y single
Rosa está aquí para promocionar su nuevo álbum, el primero en 5 años, ‘Kairós’, que casualmente sale esta semana, el 30 de junio. Su objetivo y el de Universal son totalmente lícitos, pero la canción de comeback ‘Al fin pienso en mí’ tiene un protagonismo totalmente desmesurado. Vemos a Rosa explicando el momento zen de su vida en que se encuentra a su co-autor, en la frutería, a Geno, a su entrenador personal, a su sello… Lo mismo y una y otra vez, más las que quedan: tras los dos episodios emitidos anoche, la semana que viene la veremos grabar la misma canción. Un docu-reality es una idea excelente para promocionar un disco, como bien sabe Alaska, pero para que docu-reality y disco funcionen tiene que haber algo detrás, y en este caso no terminamos de encontrar ni una canción que justifique semanas y semanas de reality ni tampoco un reality tan divertido como para sostener un álbum entero. ‘Cuatricromía‘ estuvo casi 70 semanas en la lista de ventas española animado por un ‘Alaska y Mario’ en el que el protagonismo de su música era secundario. La estrategia era crear un espacio tan divertido que el público se interesase por la música de la artista a posteriori. En este caso se ha confiado demasiado en lo querida que ya era Rosa y parece difícil que sume tantos nuevos fans.
Falta un poquito de maldad y honestidad brutal
Rosa es una persona adorable, su historia de superación es fantástica y todo el mundo se siente cercano a ella: todo el mundo quiere ser el más querido aunque no sea el más guapo, todo el mundo quiere después, y por propia voluntad, perder todos los kilos que ha perdido ella. Todo eso ya nos lo sabemos. Ahora es el momento de dar un paso más allá y en el programa sigue faltando un punto de malicia o de honestidad brutal sobre lo que es y ha sido su vida. Un puñetazo en la mesa. Centrándonos en lo profesional, es un tanto surrealista asistir a esa reunión con Universal en la que Rosa presenta una letra escrita por ella con un boli Bic, y a ellos les parece de maravilla. Falta la explicación detrás, que podría ser esta, por ejemplo: «Mirad, mis singles han sido temas de Perales, de Mari Trini, de autores y productores extranjeros, nacionales… me habéis hecho cantar de todo aquí y en Vale Music y 15 años después, todavía la gente en los centros comerciales, cuando se les pide que canten una canción mía, lo que cantan es ‘Europe’s Living a Celebration’, así que me vais a comer el coño: la letra de mi single la voy a escribir yo, porque quiero dinero de autores, porque me da la gana y punto».
Seguimos sin ir a la raíz de sus problemas
Rosa ha hablado numerosas veces, hace unos meses lo hacía en ‘El Reencuentro‘, sobre sus traumas: no soporta verse gorda o recordar los tiempos en que, según ella misma, no sabía ni hablar o hacerse entender. En ‘Soy Rosa’ menciona muy de pasada que su madre no le dejaba depilarse porque «no tenía pelos» aunque sí los tenía. El programa acude poco después a rodar una entrevista con su madre, pero la entrevista no tiene ningún tipo de sustancia. «Que siga siendo ella misma», indica su progenitora, sin que nadie le pregunte por qué no dejaba depilarse a su hija, por qué servía esos cargamentos de bocatas a sus hijos después de comer o, mejor, sin preguntar a Rosa si ella misma es la «misma» que de pequeña o vimos en OT. A juzgar por sus declaraciones, parece que no, pero el programa, tan amable, ni lo plantea.
Falta y sobra guión al mismo tiempo
En un momento dado en el segundo episodio aparece un pretendiente para Rosa en un bar de manera casual. Es irrelevante que el momento esté guionizado, preparado o sea cero espontáneo. Lo peor de todo es que el programa no aprovecha la circunstancia para que Rosa hable de si los hombres no se suelen acercar a ella por miedo, de si algunos se han intentado acercar a ella para hacerse famosos, de si para ella no es importante tener pareja más allá del chascarrillo sexual que suelta siempre, de cómo afecta ser famoso a ligar con naturalidad… El programa, de nuevo, no nos lo muestra. Rosa liga y el público se queda exactamente igual de lo que estaba. Hace unos meses nos preguntábamos si habría que esperar al biopic para enterarnos de algo sobre su vida, y caliente, caliente, habrá que esperar al libro que maneja la artista: ‘Rosa de qué’, dice que se va a llamar.
Más Massiel, más Carpool Karaoke, más Carmen Lomana
En lugar de meternos por los ojos el single ‘Al fin pienso en mí’, que aún ha de entrar al top 100 oficial de singles en España (aunque vaticino que el disco sí será 3, 2 o 1, como habitualmente); ‘Soy Rosa’ debería dejarnos más momentos para el recuerdo, como alguno muy suelto que hemos visto. Más encuentros con fans, más Carpool Karaoke con Rosa al volante, más comida de boca con Massiel, más invitados como Carmen Lomana (que saldrá la semana que viene)… En los cameos de Soraya o Ruth Lorenzo sí hemos visto un docu-reality medio entretenido.