Si en la primera jornada del Low vimos conciertos repletos, visto el trasiego de asistentes durante la noche y la madrugada del sábado, surge una pregunta: ¿se está quedando pequeña la Ciudad Deportiva Guillermo Amor para albergar el festival? Especialmente en los conciertos de los grupos principales, no solo se hacía complicado acceder a los escenarios, sino simplemente caminar por el resto del recinto. Morir de éxito no debería ser algo a vislumbrar a lo lejos, así que tal vez la mejor opción sea reducir un poco el aforo, de manera que la experiencia sea cómoda para los asistentes. En cuanto a los conciertos, hubo momentos para el recuerdo con bandas como The Hives o Franz Ferdinand reviviendo sus días de gloria ante hordas de fans enfervorecidos. En el territorio nacional no fue menos, con Sidonie, Delorean o Los Punsetes ofreciendo sólidas actuaciones.
Aún pegaba el sol con fuerza cuando The New Raemon & McEnroe salieron al escenario Matusalem, pero no importaba el bochorno cuando sonaron los temas de su notorio disco conjunto. Rodeados de una banda de rica instrumentación (vibráfono inclusive), repasaron temas como ‘Por fín los ciervos’, con la carga emotiva que tan bien saben llevar Ramón y Ricardo a su música. Tras los temas del citado ‘Lluvia y truenos’, echaron mano del catálogo de sus respectivos proyectos y así pudimos escuchar ‘Reina del Amazonas’ de The New Raemon o ‘La Palma’, de McEnroe. Grandes músicos, grandes talentos que hay que apreciar y atesorar. En el escenario Estrella Damm, Nada Surf tuvieron un concierto un tanto movido por algún problema técnico que otro, ya el amplificador de bajo de Daniel Lorca empezó a dar problemas durante ‘Hi Speed Soul’, lo cual fue una pena, porque el trío estaba sonando francamente bien y el público estaba metido en el concierto. ¿Solución? Matthew Caws tocó la preciosa ‘Blizzard Of ‘77’ mientras sustituían un cabezal de ampli por otro, así que genial. La química que hay entre los tres músicos va más allá de la propia música, se nota que se llevan bien y el buen rollo llegó a todos los presentes, con otros temazos de la talla de ‘Always Love’, ‘Hyperspace’ o ‘The Way You Wear Your Head’ y los divertidos (y bastante logrados) intentos de Caws por hablarnos en castellano.
Aunque la jornada del sábado estaba plagada de grandes nombres, convenía dar un repaso a la parte media del cartel y recorrer otros escenarios, como el Jägermusic. Allí, los zaragozanos My Expansive Awareness ponían el contrapunto psicodélico con los temas de su reciente ‘Going Nowhere’, trabajo que mira hacia el pasado pero siempre con la mirada puesta en el presente. Hipnóticos unas veces, enérgicos otras, pero siempre con un discurso coherente, como atestiguan temas como ‘The Wheel’ o ‘Do you wanna be rich?’. Aún estando encajonados entre las actuaciones de gente como Nada Surf o Neuman, lograron congregar a una audiencia a la que hicieron disfrutar. En otro de los escenarios intermedios, el Wiko, Soledad Vélez seguía presentando los temas de ‘Dance and Hunt’, llenando la atmósfera con el misterio de temas como ‘You have no choice with me’, entre la electrónica y el dream pop, que quedan redondos con su portentoso chorro de voz.
Sidonie siempre son sinónimo de desenfado y fiesta y su concierto del Low no fue menos. Con el escenario Estrella Damm a reventar, la banda de Barcelona (con Ramiro de The Right Ons como músico invitado a las percusiones) encendió al público desde el minuto uno. Marc Ros, con su labia, hizo de maestro de ceremonias a la vez que de frontman, haciendo reír y corear temas recientes, como ‘Carreteras Infinitas’ y repasando su discografía, con temas como ‘El Bosque’, ‘Sierra y Canadá’, ‘Un día de mierda’ (con su ya clásico paseo a hombros por el foso) o ‘El Incendio’. Tras la marcha de Nick McCarthy el pasado año, Franz Ferdinand han vuelto este verano a los escenarios con dos nuevos miembros dentro de la formación liderada por Alex Kapranos. Sin novedad discográfica a la vista, su propósito en el Low (con posible récord de asistencia) fue revivir sus greatest hits, para deleite de los allí presentes. Siempre compactos y potentes, los escoceses pusieron el marcha el motor de baile y vaya que si se bailó con las consabidas ‘Take Me Out’, ‘Jacqueline’, ‘Michael’, o ‘Do You Want To’. A continuación, les llegó el turno a Los Punsetes, de quienes cabe decir lo que decía John Peel sobre The Fall: ‘siempre distintos, siempre iguales’. Para quienes los hemos visto unas cuantas veces, ya sabemos que son sólidos y que Ariadna va a salir a cantar con postura hierática con algún vestido estrafalario, esta vez de algo que parecía un tapiz. Sonaron clásicos como ‘Dos Policías’, pero también temas más recientes de su reciente ‘¡Viva!’.
De vuelta al escenario principal, regresaba al Low uno de los grupos más queridos por el festival, The Hives, a quienes hay que agradecer su esfuerzo por mantener su cuidada estética, incluso con el bochorno veraniego de Benidorm. Trajeados y con el blanco y negro dominando la escena, Howlin’ Pelle Almqvist y compañía capearon el calor como buenamente pudieron y, como harían Franz Ferdinand un rato antes, ofrecieron sus grandes éxitos, como ‘Main Offender’, ‘Die, Allright!’, ‘Walk Idiot Walk’ (en la que o bien le fallaba la voz a Pelle por el calorazo o directamente era el micro el que había sucumbido) o la final ‘Tick Tick Boom’, en la que sacaron a pasear su faceta más circense, quedándose congelados durante unos minutos o con Pelle presentando a un miembro del público cada vez que presentaba a un miembro de la banda. Divertidísimos. En el lado más ensoñador de la música de baile estaban Delorean, otros viejos conocidos para el festival, actuando de madrugada en el escenario Matusalem. Inicialmente, se enfrentaron a un público que, pese a ser numeroso, mostró cierta indiferencia a las composiciones de su reciente ‘Muzik’, así que decidieron echar la vista a su estupendo catálogo para rescatar ‘Deli’, ‘Seasun’ o ‘Destitute Time’, con las que lograron conectar con el respetable. Y de propina, un tema nuevo titulado ‘Giro’, una interesante instrumental que, si bien presentan en su Soundcloud como material alternativo, apunta a nuevos horizontes, como siempre vienen haciendo los vascos. Cerrar los ojos y dejarse llevar. Una delicia.
Fotos: Javier Rosa