Destiny Frasqueri, más conocida como Princess Nokia (en realidad, ella explica que esto es un proyecto colectivo del cual ella es la voz), es uno de los mayores descubrimientos del rap de los últimos tiempos, pero no esperamos verla, de momento, copar las listas de Billboard. Su discurso –feminista de verdad, implicado en la defensa y normalización de los cuerpos reales, comprometido contra el racismo y el clasismo cotidianos e institucionalizados– está lejos del –teórico, al menos– glamour excesivo de Nicki Minaj o su nueva gran rival, Cardi B. Y también lo está su morfología corporal, a la que dedica su memorable himno ‘Tomboy’: “con mis pequeñas tetas y mi barriga, si me dejaras tomaría a tu hombre y él no me olvidaría; mi cuerpo es pequeño, mi alma pesada”.
Es uno de los numerosos mensajes de empoderamiento –anti-bullying, pro-latino; anti-elitista, pro-barrio; anti-sexista, pro-LGTBIQ– que pueblan el repertorio de esta artista de Harlem y origen italo-portorriqueño, cuya truculenta historia real (que ella misma explicó en un interesante documental) está llena de violencia –cuenta que estuvo a punto de morir dos veces, una de ellas por un disparo–, abuso, soledad, marginación y abandono, pero también de raíces, amistad, inclusión y solidaridad. Es una escritora notable, con unas rimas absolutamente brutales que suenan cortantes como cuchillos y secas como el desierto, pero que no rehúyen la musicalidad y con un flow para caerse de culo.
Tras unas mixtapes previas (‘Metallic Butterfly’ y ‘Honeysuckle’) mucho más orientadas al R&B contemporáneo, la identidad de Princess Nokia estaba perfectamente plasmada en ‘1992’ –referencia a su año de nacimiento–, el EP que lanzó en libre descarga el pasado año y que ahora es objeto de una nueva edición digital y física, extendida con 8 nuevas canciones en una atractiva edición de lujo. Básicamente, se debate en dos facetas: el potente hip hop experimental, agresivo y oscuro –tan amable como esa falsa sonrisa que Destiny luce en su portada–, próximo al queer rap de Mykki Blanco o Zebra Katz en temas brutales como el citado ‘Tomboy’, ‘Kitana’, ‘Brujas’, ‘Excellent’ o ‘Mine’; y, por otra parte, menos sorprendentes guiños al rap old-skool en las –luminosas, por otro lado– ‘Saggy Denim’ o ‘Green Line’.
Y este ‘1992 Deluxe’ se limita, sencillamente, a ampliar ambas vertientes sin que ninguno de los nuevos cortes supere a los que ya conocíamos y que hace valer el lema «menos es más». Pese a todo, ‘G.O.A.T.’, ‘Flava’, ‘Chinese Slippers’ (con ese desarmante estribillo dedicado a cadenas de comida rápida) y ‘Brick City’ están a un nivel alto, no alejado del de la primera mitad. En todo caso, ‘1992 Deluxe’ es un magnífico documento que prueba, de nuevo, que en el underground yanqui existen propuestas más interesantes desde el punto de vista lírico y artístico que en el mainstream. Pero, sobre todo, supone el primer paso firme en la industria musical de una artista que está llamada a dar mucho que hablar. Si has perdido la fe en Azealia Banks –aún tratándose de artistas muy distintas entre sí–, quizá Princess Nokia puede ser para ti.
Princess Nokia actúa hoy 11 de octubre en la sala Mon Live de Madrid (ya agotado), el jueves 12 de octubre en Razzmatazz de Barcelona y el viernes 13 de octubre en el festival Monkey Week de Sevilla.
Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘Tomboy’, ‘Kitana’, ‘Brujas’, ‘Green Line’, ‘Flava’
Te gustará si te gustan: Mykki Blanco, Zebra Katz, la Azealia Banks de 2011
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