A nadie se le escapa que Primavera Sound y Mad Cool han confirmado a Arctic Monkeys -con uno de los discos más esperados de 2018 bajo el brazo- a la vez; o que Pearl Jam han confirmado fecha en Barcelona dos días antes de actuar en el festival madrileño. Ambos festivales no coinciden en fecha (uno es a finales de mayo, el otro a mediados de julio, coincidiendo con Bilbao BBK Live), pero quizá Mad Cool puede impedir que gran parte de los madrileños se desplacen a Barcelona como acostumbraban para acudir a uno de los festivales más grandes del mundo, y a su vez un evento de esta entidad es un reclamo inédito en Madrid para el público que no es ni de una ciudad ni de otra. Las cifras hablan: Mad Cool aspira a ser el mayor festival del país reuniendo a 80.000 personas por día, llegando mucho más allá que los 55.000 asistentes diarios que suele manejar Primavera Sound. En este artículo analizamos los pros y contras de cada festival.
Mad Cool
Pros:
1.-Mejor festival de rock: En la web británica americana Consequence of Sound lo tienen claro: el de Mad Cool es el «mejor cartel de rock» de este año, con una cabeza de órdago que incluye a bandas capaces de llenar estadios de 20.000 personas por sí mismas. Están Pearl Jam, Depeche Mode, Nine Inch Nails, Queens of the Stone Age, y también artistas de primera línea en cuanto a popularidad como Jack White, Massive Attack, Tame Impala, Franz Ferdinand, Snow Patrol, Alice in Chains, etcétera.
2.-La letra mediana: A nadie se le escapa tampoco que lo que podríamos llamar «línea mediana» es muy atractiva. El festival cuenta con Perfume Genius, Rag N Bone Man, Justice, Eels, MGMT, Fleet Foxes, Real Estate, Kevin Morby, Future Islands, Yo La Tengo, Japandroids, Leon Bridges, Porches, Sampha, Young Fathers, Sofi Tukker, Odesza, Kaleo…
3.-¡Por fin un macrofestival en Madrid!: Al margen de gustos, macrocabezas de cartel y artistas rara vez vistos en la capital, ya era hora de que una cita con la música de este tamaño -o la mitad- se asentara en Madrid cuando Barcelona tiene, además del Primavera Sound, nada menos que el Sónar, Cruïlla o, bastante cerquita, Vida Festival. ¿Cuándo vuelve el segundo día de Dcode?
Contras:
1.-La mujer no existe (o casi): El Mad Cool va bastante justito en paridad: ni uno solo de los nombres que vemos en grande es femenino. Van Wolf Alice, porque cancelaron el año pasado al no tener su disco a tiempo, y encontramos algún nombre como LP o Maya Jane Coles, pero el porcentaje de músicas mujeres sobre el escenario será realmente desolador. Concebido como macrofestival más bien rock, posiblemente tiene los mismos problemas de dar con un nombre de gran tamaño femenino que Azkena, y lo peor es que al público parece encantarle el lema «escrotos en el escenario» (© Zahara): los abonos están agotados y solo quedan entradas de día.
2.-La música urbana no existe (o casi): En el cartel de Mad Cool encontramos a Kase.O, que ha sido disco de oro con ‘El círculo‘, a Leon Bridges que en verdad hace soul clásico… pero hay una visible ausencia de trap o urban nacional (ni C. Tangana, ni One Path, ni Bad Gyal, ni Rels B, ni Miss Nina, ¡nadie!) y hip-hop o urban internacional (ni Frank Ocean, ni Drake, ni Kanye West, ni artistas similares de perfil más bajo). De nuevo: la estrategia ha funcionado, pues este tipo de música genera –o esa sensación da– una profunda animadversión entre el público general, pero es inevitable preguntarse mirando el cartel, contemplando nombres como Pearl Jam, Depeche Mode o Massive Attack en letras gigantes… ¿pero en qué año estamos? ¿De verdad es 2018 o 1999?
3.-La organización: La organización en cuanto a accesos, colas kilométricas en barras, camareros incapaces de abrir una botella de vino, accesos a escenarios y puestos de comida (insuficientes, pésimamente situados) ha dejado muchísimo que desear tanto en las ediciones 2016 como 2017. Si no han sido capaces de lidiar con 45.000 personas en La Caja Mágica, da un poco de miedo lo que resultará con 80.000 y en el IFEMA, en medio de la nada. Suponemos que se estarán preparando a tope para mejorar, pero la sensación inicial es que la organización ha querido dar este pedazo de salto «un poco antes de tiempo».
Primavera Sound
Pros:
1.-La organización: Después de décadas de experiencia, muchos años afianzado en el Fòrum de Barcelona, y superada la crisis del año de los ipads y lejano el de las huellas dactilares, la organización ha de ser pan comido para los responsables de Primavera Sound, a los que no va a pillar sin experiencia precisamente un hipotético sold out a estas alturas. Hay un par de kilómetros de punta a punta, pero el público ya lo sabe y no le sorprende lo que se va a encontrar.
2.-La variedad, la mujer, el urban y la línea editorial del cartel: Primavera Sound, muy afín a Pitchfork y Rockdelux, ambos medios con escenarios en el festival, tiene una línea editorial muy concreta. Pero además de la calidad reconocible y acreditada en Metacritic y similares de todos y cada uno de los artistas que pasan por allí, también hay que destacar la cuestión de número. Decenas y decenas de artistas pasan por su cartel, lo que implica casi todos los estilos y géneros, incluyendo la denostada -por otros festivales- música pop y las denostadas cantantes femeninas. Este año veremos a Lorde, Fever Ray, Björk, Chvrches, Ibeyi, Jane Birkin, Javiera Mena, Kelela, Charlotte Gainsbourg, Lykke Li… El cartel es tan completo en ese sentido que casi dan ganas de preguntar por qué no han traído a SZA. Y no, aquí no hacen ascos a la música urbana: están Migos, C. Tangana, Bad Gyal, A$AP Rocky, Vince Staples, Tyler the Creator… todo ello junto a Arctic Monkeys, The National, Spiritualized, Nick Cave y recuperaciones del pasado en plena forma como Sparks y Slowdive. RESPECT!
3.-La letra pequeña: Por más puesto en música que estés, siempre habrá un par de decenas de artistas nacionales e internacionales en su cartel que no te sonarán. La gente va a Primavera Sound a descubrir música que no conoce de mañana y también de ayer, y que puede molar tanto como, por decir alguien, Playback Maracas o Superorganism. Esa sensación no la consigue Mad Cool pese a apostar por artistas noveles también: la impresión es que el recinto estará hasta los topes de, básicamente, fans de Pearl Jam, como el año pasado todo estaba lleno de fans de Green Day y Foo Fighters. Mad Cool basa su éxito más en la fidelidad que genera el rock que en la pasión por la música en general.
Contras:
1.-No hay factor sorpresa: El año pasado Primavera Sound consiguió a Grace Jones, y también a Frank Ocean, que se cayó del cartel (como unos años antes Fiona Apple). En realidad, hemos visto ya en vivo a casi todos los artistas que forman parte del Primavera, o al menos a todos los grandes reclamos. Los grandes cabezas, Arctic Monkeys, han actuado varios años en el FIB, Jane Birkin ha venido a nuestro país varias veces, Lorde acaba de visitar justo Barcelona, Slowdive hacen gira, Sparks no hace tanto estuvieron en Madrid y Barcelona, etcétera. ¿Merece la pena viajar a Barcelona esta vez para ver solo, qué sé yo, a Fever Ray (a la que ya vimos con The Knife)?
2.-Björk, en un festival: ¿Quién no recuerda el tuit de Gabi Ruiz de Primavera Sound con los billetes procedentes de la anterior cancelación de Björk? Un hito en la historia del pop español, y sin embargo, aquí está de nuevo, de momento postulada como actuación en el festival, tras pinchar en el Sónar el año pasado. La cantante islandesa viene de vez en cuando a nuestro país, y no hace tantos años estuvo en Poble Espanyol. Siempre será bienvenida, pero la pregunta del millón es si el entorno de Primavera Sound, o de cualquier festival, es el idóneo para las canciones intimistas de sus dos últimos discos. ‘Utopia‘ debería ser presentado en el Auditori, pero dado su gran número de fans, esa idea debe ser totalmente inviable. ¿Se oirá algo? ¿Sabrá ganarse a decenas de miles de personas sobre un escenario al aire libre con canciones como ‘the gate’? ¿Puede dar, por el contrario, el concierto más aburrido e incómodo de nuestras vidas? ¿Querremos matar al de al lado por no cerrar la boca o será culpa de ella por hacer este tipo de discos y luego escoger el festival más grande que había (o el segundo más grande) para presentarlo?
3.-La esclavitud de la calidad suprema: A colación del punto 1 de estos contras, cabe preguntarse si esa esclavitud por la guayedad no está impidiendo que Primavera Sound nos dé una sorpresa de verdad en su cartel. Por poner un ejemplo claro, Pearl Jam no son el grupo favorito ni de Pitchfork ni de Rockdelux. Glastonbury y Coachella, con los que puede mirarse cara a cara, de vez en cuando dan una sorpresa en su cartel tamaño U2, Eminem, Metallica o Beyoncé. ¿Encajarían estos nombres, al margen de su caché, en Primavera Sound? ¿Es su única limitación presupuestaria? ¿Tampoco pueden permitirse una Kylie Minogue como bromearon una vez, una Sade, unos Fleetwood Mac, un Paul Simon, un Stevie Wonder, una Dolly Parton, alguien que rara vez se pase por aquí?