Confieso que hasta ahora no había llamado mi atención Carmen Boza, integrante de una nueva generación de cantautores como Rozalén o El Kanka, en cuyo bagaje han sido tan importantes los conciertos íntimos en pequeñas salas como en el boca a oreja de las redes sociales. No encontraba una voz personal (y no hablo sólo de cantar) en las canciones –a medio camino de Zahara y Vetusta Morla, con un ocasional deje aflamencado a lo Bebe– que había escuchado de su debut ‘La mansión de los espejos’ (2015), financiado primero por un crowdfunding y luego licenciado a Warner Music. Pero en este tiempo la gaditana parece haber avanzado en un camino que personalmente encuentro mucho más interesante.
Desde hace unos meses, recuperada su independencia de la multinacional, Boza ha ido mostrando en su canal de Youtube nuevas canciones –‘Astillas’ y ‘La vida moderna’– que revelan un perfil más crudo y rockero, con su destreza a la guitarra eléctrica (John Mayer es uno de sus héroes) como destacada protagonista y una mayor querencia por sonidos funk y R&B. Afloran por ahí referentes como Alicia Keys, Christina Aguilera o Destiny’s Child que ella misma cita como origen de su interés primero por la música.
Esa amalgama se concretaba al fin el pasado viernes en el primer single de su segundo disco, ‘La caja negra’. Se titula ‘Gran Hermano’ y da muestra de cuán lejos puede llevar esas influencias en su nuevo álbum: tras un arranque impetuoso gobernado por una guitarra funky aunque oscura y una batería contundente, el precoro se ralentiza a niveles de trip-hop, antes de regresar a una rítmica bailable en el estribillo, envuelto en autotuneados coros de sabor soul.
Una progresión en la que brillan las guitarras, reminiscente de ‘Blond’ y el trabajo de (Sandy) Alex G en ese disco de Frank Ocean. Además, Boza, como en sus otras canciones, se aleja de la sempiterna temática del amor romántico, en una letra de autoafirmación en la que las redes sociales, el nuevo Gran Hermano, funcionan como una dictadura virtual. Un interesante movimiento que seguiremos, sin duda, de cerca en los próximos tiempos.