‘Pipilotti Rist’
Apartando las diferentes cortinas de gasa que cuelgan desde el techo en las salas 4, 5 y 6 del Musac de León, nos encontramos con la obra de esta artista suiza que empezó su obra en la década de los 90. Juegos de luces, sombras, colores psicodélicos y música hipnótica son las herramientas que utiliza para llevar al espectador al terreno de la fantasía, en la cual no faltan personajes tales como ninfas desnudas, árboles paradisíacos e imágenes muy sensuales. Así contempla un mundo en el que los sentidos son los protagonistas, desde una perspectiva diferente: tumbados en unas camas interconectadas como si de un árbol se tratase (con mantitas incluidas). Una manera de llevar el mundo de los sueños a la vida real. Elena.
‘Flaschengeist, la caseta del alemán’
Hasta el próximo 16 de abril se puede visitar esta exposición del salmantino Enrique Marty. Aunque más que una exposición, es una verdadera visita a la casa de los horrores de cualquier parque de atracciones antiguo. Los visitantes tienen que caminar por los pasadizos y las salas en penumbra. Por el recorrido, en cualquier rincón, se encontrarán con figuras de seres humanos deformes, botes con contenidos asquerosos y vísceras. Muy tétrico y muy recomendable. Aunque si León te queda muy lejos, un recorrido por el parque de Igueldo, en San Sebastián, casi produce el mismo efecto. iko.
‘Fusion’
Esta exposición es una colección de obras de diversos artistas, en su mayoría orientales con residencia en países occidentales. La más divertida, ‘Technocharro’ de Kaoru Katayama. Esta obra es una proyección de un grupo de danza tradicional de Salamanca que realiza un baile folclórico con música de discoteca bakala. No queda nada mal. Luego están las obras que recuerdan a Björk, como una proyección en la que aparece una niña un poco anfibia cantando en la rama de un árbol, o un pasillo hecho con nylon que bien podría estar en cualquier vídeo de la islandesa. La más curiosa, una caravana hecha de madera en la que se puede subir para leer alguna de las revistas y libros que hay. Y si se tiene sed, se va al grifo de la caravana, se abre y se echa un traguito. iko.