Thumbsucker

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Thumbsucker

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¿Qué hacer para tener una película indie de éxito? Encontrar un argumento con jóvenes desarraigados como protagonistas, una trama por la que el público alternativo pueda sentir curiosidad (en este caso una novela sobre un joven de 17 años que se sigue chupando el dedo), incorporar la estética de las películas de Todd Solondz, Kevin Smith o Jim Jarmusch, añadir música indie (en este caso temas del desaparecido Elliot Smith o interpretados por The Polyphonic Spree) y apostar por nuevos talentos como Justin Cobb alternado con algún actor consolidado como Keanu Reeves, que aporta espectadores a la película y prestigio al actor.

‘Thumbsucker’ no está mal como enésimo retrato de personajes grunge, frustrados o traumatizados que no encuentran su lugar, que no alcanzan el éxito, y que como consecuencia de todo terminan adictos a algo, con la consiguiente infelicidad que ello supone también. La pena es que la película sea tan confusa en su desarrollo, explote tan poco sus recursos y cuente con personajes que pinten tan poquito como el de Keanu Reeves. Mike Mills, director de vídeos de Moby o Air, no sale demasiado airoso de su primera película. Ni su montaje ni su estética añaden demasiado a un género ya muy gastado, ni resuelve con demasiada gracia la relación del joven Thumbsucker con su novia, ni con su profesor, ni con sus padres. Por no hablar del final, que no es excesivamente ingenioso… Me quedo con sus grandes posibilidades en los videoclubs (es perfecta para alquilar) y con la fantástica Tilda Swinton. 5

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