A favor: Dreamgirls ha venido a ser uno de los proyectos cinemátográficos más pretenciosos y exitosos de la temporada. El musical, ese género que nunca se aleja del todo de la gran pantalla, da forma a esta especie de biopic encubierto para narrarnos uno de los fenómenos más maravillosos acontecidos en la historia del pop: los girl-groups. Pongamos un grupo de ejemplo: The Supremes. Y ahora un sello discográfico: Motown Records. Cambiemos los nombres, imaginemos una adaptación lacrimógena y edulcorada de la trama. Para todos ustedes: ‘Dreamgirls’. Y yo, que siempre me consideré una chica Spector más que una chica Motown, que de niña soñaba con ser una Ronette más que una Vandella contemplé emocionada cada minuto de este largo heredado de las tablas de Broadway. A pesar de no tolerar demasiado bien cierta vertiente del R&B y mucho menos los diálogos metidos en canciones con calzador, otorgo un 10 al vestuario, notable alto a Beyoncé y sus acólitas, un hurra por Eddie Murphy y un mordisco a un arrebatador Jamie Foxx, porque él lo vale. Sabor a Detroit y a pop, en boca y cuerpo de mujer. 8. Angèle Leciel
En contra: Casi todas mis películas preferidas de todos los tiempos son musicales y, sin embargo, me pasé todo el desarrollo de ‘Dreamgirls’ deseando que se terminase lo antes posible. A partir de la cuarta canción dejas de distinguir un tema de otro y el sonido se convierte en un griterío y un despliegue de voces negras que ya quisiera para su Academia Edith Salazar. Hay momentos especialmente incómodos como la secuencia de la canción ‘And I Am Telling You I’m Not Going’ (interpretado por la debutante Jennifer Hudson), de tal intensidad emocional y sonora que el espectador no tiene más remedio que taparse los oídos para que no le exploten. La mayor curiosidad, que era ver a Beyoncé Knowles actuando, queda resuelta cuando se ve en su primera aparición que ella NO actúa; pero claro, garantiza buenos resultados en taquilla una persona tan conocida como ella aunque sea tan inexpresiva como un ficus. Hacia la mitad de la película todo se empieza a hacer extremadamente lento, tanto que al final ya has perdido el interés; ¿por qué cantan y lloran tanto? No te importa. Salvo por Eddie Murphy y la gran recreación del vestuario de la época, ‘Dreamgirls’ es el musical más peñazo de todos los tiempos. 4. Patata