Convencidos de que empezaba a la hora a la que abrían las puertas del club (las doce de la noche), el equipo de JNSP casi al completo se dirigió a ver a Lo-fi-fnk, uno de nuestros dúos preferidos del año pasado, al Low Club. Sin embargo, menudo drama cuando nos enteramos de que el show no empezaba hasta las tres de la mañana, qué rollo. Y qué estrés pensando en si serían las tres nuevas o las tres viejas, que al final vaya incertidumbre que producen las noches de cambio de hora para los que somos tipo búho.

Al final el concierto empezó a las 3.45 viejas, a las 2.45 nuevas, así que todavía no sabemos si empezó con tres cuartos de hora de retraso o con quince minutos de adelanto. Sin embargo, visto lo visto, mejor que no hubiera empezado. Qué mal sonaba todo, qué cutres quedaron esas intervenciones del dúo diciendo al micro «este monitor no está encendido» y dando órdenes al técnico de sonido allí delante de todo el mundo después de haber cantado la primera canción. Qué mal también que el concierto terminase con ellos disculpándose ante el público con un «no sabemos qué ha pasado, de veras, pero ha sonado fatal». Quedó fatal, como de club de tercera. Nosotros, que somos muy impresionables, nos apenamos mucho, porque los suecos nos gustan bastante. A pesar de todo, también nos decepcionaron un poco ellos mismos porque o trasnochan mucho o es que no es oro todo el sueco que reluce. Aunque algo ya se dejaba entrever en las fotos de promo, claro…

Así que ése es el único balance que podemos hacer del concierto de Lo-fi-fnk el sábado pasado: que hubo tantos acoples y sonó tan mal que nos resultó imposible concentrarnos en el show en sí. Eso por no hablar del calor que hacía, lo mal que se respiraba y todo. Nunca hemos sido grandes fans del club, pero el Low cada vez pierde más puntos. Una pena.