Con trabajos absorbentes, vidas sociales tan agitadas y viviendo en ciudades tan altamente competitivas, a muchos se nos pasa por la cabeza constantemente lo bien que vivíamos en nuestra infancia. Esta mañana mismamente, queríamos hacer pellas para no venir al “cole” y quedarnos en casa durmiendo y jugando, que es lo que más nos gusta hacer.

Seguro que muchas de vosotras conserváis aún como oro en paño vuestras Barriguitas (yo tenía el kiosco de helados y la Barriguitas esquimal), la Nancy con o sin su armario (que era súper vintage), alguna Barbie que otra o, mejor aún, la Chabel, que era como más indie. Tenía un aspecto más pop que la Barbie, no estaba tan operada. Mi hermana y yo nos pasábamos los días lluviosos de invierno jugando con las muñecas recortables, que era el mejor entretenimiento para nosotras con diferencia, teníamos miles de cajitas de zapatos llenas.

Sé menos de los chicos de mi generación, pero por lo que he investigado y por las influencias que tenía mi hermana de ellos, supongo que andaríais entretenidos con los Playmobil (el barco y el fuerte estaban solicitadísimos, y de hecho seguro que aún decoran las estanterías de vuestras habitaciones). Los Lego o el Meccano, la peonza, las canicas, el yoyó, el futbolín, los cromos, el Scalextric, el Supercinexin (cómo molaban los padres subtitulando las películas de El Pato Donald)…

En fin, añoranza de tiempos sin preocupaciones, un miércoles cualquiera a los ventiocho y metida de lleno en este caos laboral. ¿Con qué jugabas tú?