La primera escucha de lo nuevo de Kelley Polar me espantó tanto que aparqué el disco. Salen tantas cosas que se parecen a tantas cosas que al final se acaban desechando muchas injustamente. Y la producción de este disco, entre Air (‘A Feeling Of The All-Thing’), Justice (‘Entropy Reigns’) y mil cosas más me pareció indecisa y titubeante. Sin embargo, una crítica de los chicos de la horca me llevó a darle una segunda, tercera, cuarta, etcétera oportunidad a ‘I Need You To Hold On To When The Sky Is Falling’ (bonito título) y he podido quedarme con lo bueno del álbum finalmente. Que lo tiene y mucho.
El segundo álbum de Kelley Polar comienza con un vocoderizado tema muy espiritual en el sentido Moby-Röyksopp, pasando después al electropop, el acid, el funky o el disco. Muchas canciones tienen el histrionismo del glam y ‘Satellites’ tiene un algo a Roxy Music. Esto al final es bueno. Por ejemplo, aunque ‘Chrysanthemum’ es una copia descarada de Junior Boys (cuya influencia Mike Kelley reconoce abiertamente), sirve para que te des cuenta de que el tipo ha sabido rescatar lo más pasional de todos los estilos musicales afines a sí mismo para hacer un disco con trasfondo. Y esta idea es interesante porque hay gente que aún no tiene claro que la música pasional o sentida pueda venir de la electrónica. Junior Boys tienen uno de los temas más devastadores de los últimos tiempos y ese es un concepto muy evidente en este disco.
Eso sí, las dudas vuelven para quedarse a partir de ‘A Dream In Three Parts’, la típica canción con juegos vocales estilo gorgorito que irritan o todo lo contrario. Después de ella, las cuatro últimas son un tremendo aburrimiento.
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Entropy Reigns’, ‘Chrysanthemum’, ‘Roseband’
Te gustará si te gusta: la electrónica con un puntito justo de espiritualidad
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