Rolling Stone publicó hace unos días una lista de los 100 mejores cantantes de la historia. Por supuesto han hecho el vacío social a artistas que no son anglosajones, como Edith Piaf, Françoise Hardy o Astrud Gilberto, pero además, la lista está siendo muy polémica incluso teniendo sólo en cuenta a artistas norteamericanos y británicos porque en ella no aparecen, por ejemplo, Frank Sinatra, Beth Gibbons, Billie Holiday, Nick Drake, Amy Winehouse, Ian Curtis o Michael Stipe… pero sí Mariah Carey o Christina Aguilera.
La cosa es que esta vez no se le puede echar la culpa sólo a la prensa. Han participado críticos, sí, pero la lista no representa la línea editorial de Rolling Stone, sino la opinión sobre todo de decenas de cantantes y músicos a los que la revista le ha pedido que elabore un top 20. Entre el jurado están James Murphy de LCD Soundsystem, Courtney Love, James Blunt, Danger Mouse, miembros de Blondie, Liam Gallagher, Beth Gibbons, Albert Hammond Jr, Chris Isaak, Etta James, Alicia Keys, Lenny Kravitz, Chris Martin, Mike Mills de R.E.M., Sinéad O’Connor, Iggy Pop, Mark Ronson, Patti Smith, Ronnie Spector, Ringo Starr y Brian Wilson, entre otros muchísimos. Aunque lo mejor es que algunos de ellos han escrito los textos en los que argumentan por qué son estos cantantes y no otros los que aparecen en esta lista.
El número 1 de la lista es Aretha Franklin y su texto lo escribe la cantante que ocupa el puesto número 100, Mary J. Blige, que es fan de ella desde que su madre se la ponía de pequeña y viene a decir que Aretha es como una «gran fuerza venida del cielo, algo que Dios creó». «Lo tiene todo, el poder, la técnica, es honesta en todo lo que dice».
Lo de unos famosos opinando sobre otros da mucho juego. Billy Joel alaba «la espontaneidad y la humanidad» de Ray Charles, Robert Plant cuenta su encuentro con Elvis, Alicia Keys cómo Marvin Gaye cambió su manera de componer y Cee-Lo asemeja la voz de Stevie Wonder con «lágrimas de alegría».
Algunos se arriesgan y van más allá del sencillo elogio. Por ejemplo Bono dice que Bob Dylan cambió la forma de cantar del mundo y que sin él «no existirían Tom Waits, Bruce Springsteen, Eddie Vedder, Kurt Cobain o Lucinda Williams». Jackson Browne se centra en la manera de cantar de John Lennon, tan bajito, de manera que conseguía paradójicamente que sus canciones tuvieran mucha fuerza a pesar de cantar como si estuviera «medio dormido». La confianza en lo que decía, es lo que según él le daba esa fuerza. Interesante.
Iggy Pop cree que lo bueno de James Brown era no sólo en su voz sino toda su actitud en el escenario (lógico si atendemos a los espectáculos que suele montar Iggy). Alison Krauss habla del «misterio loco europeo de la voz de Robert Plant, capaz de sonar nueva y vieja al mismo tiempo», mientras que a Lenny Kravitz le encanta la sofisticación de la voz de Mick Jagger y su huida de las técnicas convencionales.
Toda la lista y los textos están llenos de curiosidades. Por ejemplo nos enteramos de que Chris Martin (que no aparece en la lista) tiene fotos de Björk colgadas en el estudio de Coldplay porque él es fan desde que la descubrió en ‘Big Time Sensuality’ o de que la versión de Christina Aguilera de James Brown en los Grammy emocionó a la mismísima Patti Smith.
A todas las listas se les pueden poner un millón de peros. Sin embargo ésta por lo menos está llena de curiosidades escritas para la ocasión. La pena es que no han encontrado famoso que hable de Brian Wilson ni David Bowie ni Nina Simone ni Dusty Springfield, con lo que a Pet Shop Boys les habría gustado hacer algo sobre esta última.
La lista la podéis consultar aquí.