Ron Sexsmith en El Sol

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Ron Sexsmith en El Sol

Foto del álbum de Flickr de [musicazul]. Agradecidos de nuevo.

Con otra buena entrada en la sala Sol, el triunfo estaba a priori servido ante una audiencia muy devota que, cómo no, se las sabía todas y todas las cantaba a voz en grito, un poco suave eso sí, porque además saben entonar como lo hace el cantante en sus discos. Lo de cantar en la ducha no, pero la SGAE sí que debería cobrar un canon por cantar durante un concierto en la oreja de los demás.

Salió el Sr. Sexsmith entonado, comentando que a lo largo del concierto «alternaría canciones nuevas con algunos de esos hits con los que todos hemos crecido» refiriéndose, claro, a sus anteriores álbumes. A diferencia de la seriedad que muestra en todas las fotos de sus discos, sin apenas cambiar el gesto (sólo tiene uno, compruébenlo), se mostró como una persona simpática y bastante graciosa, y confirmo que sabe sonreír. Incluso se permitió una broma sobre su propio vestuario, una chaqueta de smoking estampada, roja brillante, y cantó en español unas breves palabras de la canción ‘Eres tú’ (¡¡¡sí!!! ¡¡¡Mocedades!!!), recientemente grabada con su proyecto The Kelele Brothers.

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La verdad es que no hizo tantas concesiones como Mark Olson y Gary Louris el pasado sábado, y su tracklist se centró fundamentalmente en su última obra (ya, a la segunda, pudimos disfrutar de una maravillosa ‘Brandy Alexander’, escrita para su amiga Feist). ‘This is how I know’, ‘One Last Round’, ‘Poor Helpless Dreams’ o ‘Music to my Ears’, ésta al final del concierto, demostraron que a nivel compositivo este hombre sigue creciendo y creciendo sin tocar techo. Aunque sus discos en principio nunca sorprendan y parezcan a priori repetitivos, siempre tras varias escuchas empiezan a enganchar de forma adictiva.

Pero el reto de la pasada noche estaba en adaptar a un formato muy sencillo (él a la guitarra y, en ocasiones, al piano, muy bien secundado por un contrabajista) unas canciones cuyo peso se sustenta en la mayoría de las ocasiones en los arreglos y la orquestación. Pan comido: con una voz tan personal y expresiva, sumado a cierto virtuosismo a la guitarra, Sexsmith se basta y se sobra para ganarse al público. Eso sí, quedó al descubierto su gran secreto, algo que ya se intuye en sus discos: desnudas, sus canciones son mucho más tristes y melancólicas de lo que aparentan. Personas muy sensibles, abstenerse. Sobre todo si encima retoma piezas del pasado como ‘All in Good Times’, ‘Never Give Up’ o ‘Cold Hearted Wind’, de su disco ‘Time Being’; ‘Tomorrow in her Eyes’, ‘Not About To Lose’ o ‘Whatever It Takes’ del aclamado ‘Retriever’; e incluso ‘Gold in them Hills’ de ‘Cobblestone Runway’ y ‘Strawberry blonde’, de su ya lejano segundo disco ‘Other songs’. ¿No les parece bastante? Pues prueben entonces con una sobrecogedora versión de ‘Secret Heart’, que también realizó la ya citada Feist en su ‘Let It Die’. Se te rompía el alma. ¿Qué tendrá este hombre? Será el brandy (Alexander). 8,5

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