Evidentemente, con todo lo que está pasando ahora mismo entre Israel y Palestina, es muy raro no tener una opinión al respecto. Es un tema del que también es muy complicado hablar, porque es un problema francamente difícil de solucionar, por todos los intereses internacionales a los que están sometidos estos dos países. No es sólo una cuestión política, también económica, y ni siquiera la ONU es capaz de tomar cartas en el asunto como debería.
El pasado sábado, Brian Eno (el compositor y músico responsable de la producción, entre una inmensa discografía propia y ajena, del ‘Viva la vida’ de Coldplay y de discos de Ultravox y U2) dio un discurso apasionado sobre el conflicto palestino-israelí en la manifestación bajo el lema “Paremos la masacre en Gaza” londinense. He aquí el vídeo y una pequeña traducción del discurso que han publicado en su idioma original en Stereogum:
Es una tragedia que los israelíes, un pueblo que debería entender mejor que nadie el horror de la opresión, actúe ahora mismo como opresor. Como el gran escritor judío Primo Levi remarcó una vez, “todo el mundo tiene a sus judíos, y para los israelís son los palestinos”. Han creado una versión del ghetto de Varsovia en oriente medio, rehaciendo su propia historia como si la hubieran olvidado. Además, tratan de plantear una falsa igualdad entre los palestinos (con sus misiles caseros y sus adolescentes armados con piedras) y ellos mismos (con una de las potencias militares más sofisticadas del mundo), eliminando así toda su credibilidad.
Los israelíes son gente dotada y emprendedora, gente que merece el derecho a vivir en paz, pero que desaprovecha cada oportunidad que podría hacer de esto una realidad. Es difícil no llegar a la conclusión de que este conflicto sirve a unos objetivos militares y económicos de Israel, motivos por los que querrían mantenerlo. Mientras exista la lucha, pueden continuar con nuevos asentamientos ilegales. Mientras siga habiendo guerra, Israel seguirá recibiendo grandes cantidades de ayuda militar estadounidense. Y mientras luchan, pueden evitar mirarse a sí mismos y descubrir cuán despiadados se han vuelto.