El mercado de los buscadores mueve miles y miles de visitas todos los años. Como es normal, hay que monetizarlos para que salgan rentables, y en ese Google ha dado en el clavo. Por si fuera poco, la joven compañía de Mountain View está creando una enorme red de servicios a su alrededor: blogs, mapas, documentos, calendarios, correo electrónico… Google (de momento) nos ayuda a organizar parte de nuestras vidas, y claro, la porción de este mercado es muy golosa. Especialmente en países como el nuestro, donde el 90% del mercado está dominado -dominadísimo- por Google.

Es por esto por lo que otras compañías no quieren quedarse atrás. Si bien en los noventa y a principios de la década nos debatíamos entre Lycos, Altavista y Yahoo, a día de hoy nuestra fuente de información es Google. Tanto es así que mucha gente siente pánico cuando alguno de sus servicios se cae e incluso otros llegan a decir que «Internet no funciona» si no se puede acceder al buscador. El fin del mundo, señores.

Ahora llegan dos nuevas compañías. Por un lado, Wolfram Alpha, un buscador que asegura ser capaz de contestar nuestras preguntas sintácticamente. Es decir, que podríamos preguntar: «¿qué tiempo hace hoy en Chicago?» y el buscador nos contestaría. Parece un poco una pérdida de tiempo, pero intentad pensar en cosas más complejas. ¿Cuántos habitantes tiene Chicago? ¿En qué año empezó la reconquista? ¿Cómo se llama el Primer Ministro de Azerbayán? Muchas veces Google nos obliga a elegir palabras clave de esas preguntas, lo que nos puede llevar a resultados diferentes. No es mala idea, aunque yo personalmente, no lo veo.

Por otro lado está Microsoft, que sigue jugando en esta liga como puede. En alrededor de 45 días, su buscador Live.com (ah, ¿pero existía tal cosa?) desaparecerá, y dará paso a Bing. Bing no es un sistema de búsqueda, es, según las propias palabras de la empresa, «un sistema de decisiones». Sin embargo, no está todo claro en cuanto a este buscador, y mucho menos según ves su vídeo de presentación. Lo primero porque no presenta los resultados por un ránking desconocido como hace Google (que depende de la calidad de la página, las fuentes, la dirección, la cantidad de enlaces que redirigen a ella y un montón de cosas mejor guardadas que el secreto de la Coca-Cola); sino que las divide en categorías. Y mirando su vídeo, vienen a decirnos que lo podemos hacer casi todo: desde buscar información especializada sobre enfermedades hasta reservar hoteles y comparar precios de vuelos. Ahora es cuando viene la pregunta: ¿no es un poco demasiado? ¿No intenta Microsoft llegar a demasiados sitios? ¿No se acuerdan del refrán, «quien mucho abarca, poco aprieta»? Porque corren el peligro de que Bing se convierta en una maraña de opciones imposible de utilizar. ¿Es que nadie ha visto el panel de control de Windows?

Vaya por delante que Google no es intocable, ni es el mejor. Es -simplemente- el menos malo y más sencillo de los buscadores disponibles a día de hoy. Ahora, está bien claro: si en algún momento aparece alguno mejor, no nos dará ningún reparo pasar a utilizar el otro. Así es el consumidor.