Después de su concierto en Barcelona, ayer tuvimos la oportunidad de ver a los Pet Shop Boys en Madrid. La espera se hizo larga, porque como buenos fans que somos, la semana se nos hizo eterna hasta llegar al día señalado. El ‘Pandemonium Tour’, el tour de presentación de ‘Yes’, su último disco, prometía mucho. No en vano, puede que este álbum sea el mejor de pop del dúo británico desde ‘Very’. Las puertas del Palacio de Vista Alegre tardaron más de lo normal en abrirse, pero no hubo carreras, ni gritos, ni gente histérica. La media de edad, bastante más elevada que en otros eventos por el estilo, propició una entrada al recinto ordenada y realmente civilizada. Muy británica, si se nos permite.
El show no dista en exceso de otros conciertos de los PSB a los que hemos asistido, pero tuvo fallos innegables. El primero, el sonido. ¿Cómo es posible que un grupo con algunas canciones tan cañeras suene bajo? ¿Por qué parecía que estábamos tomando una copa en un bar con música de fondo? ¿Por qué a veces costaba oír la voz de Neil Tennant por encima de la música? El segundo fallo, la selección de canciones. Los fans de Neil y Chris sabemos que les gusta una balada más que a un tonto un lápiz, y lo aceptamos, porque además sus baladas son de las de caerte de espaldas. Pero sí nos asalta una duda: ¿por qué los PSB confían tan poco en sus últimos discos? ¿Por qué no se incluyó ninguna canción de ‘Fundamental’? Ni un mal ‘Minimal’, ni ‘I’m With a Stupid’, ni ‘Flamboyant’ (aunque esa sea anterior a ‘Fundamental’), ni ‘Integral’. Ah bueno no, ‘Integral’ sí, que colaron cuatro frases en plan “medley” así como quien no quiere la cosa. Pues menudo timo, si es un temazo como la copa de un pino. Pero es que esto no es lo único: ¿a qué viene hacer una gira de presentación de ‘Yes’ y cantar tan sólo seis canciones del disco, dejándote fuera temas tan potentes como ‘More Than A Dream’?
Sin embargo, y por mucho que lo parezca, esta no es una mala crítica, es más bien una disertación de un fan que ayer se emocionó con todas y cada una de las canciones (sí, incluso con ‘King’s Cross’), pero a quien le faltaron muchas otras. Porque, aunque anoche en el setlist no estuvieran todas las que deberían, y muchísimo menos las que nos hubieran gustado, cualquier selección de canciones de los PSB es realmente exquisita, un acierto sin mácula. Desde ese inicio con ‘Heart’ y ‘Did You See Me Coming?’, que nos puso a todos a saltar como locos; para después tocar un ‘Pandemonium’, que se perfila como una de esas canciones que se van a quedar en nuestra cabeza para siempre; la grandísima ‘Love Etc.’, con su vídeo proyectado al fondo o ‘Building A Wall’, la típica canción que te pone los pelos de punta, todo salpicado con viejas glorias muy celebradas como ‘Go West’, ‘Always On My Mind’, ‘Left To My Own Devices’ o ‘Suburbia’, que te dejan con ese regustillo de «siempre habéis sido los p*tos amos»… Hasta el cover de ‘Viva La Vida’ o esa apoteosis final con ‘It’s A Sin’, que el estadio coreó como si no hubiera un mañana.
Eso sí, pese a la pequeña decepción sobre la selección de temas, no pudimos evitar salir encantados. La escenografía era sencilla pero impactante (con cubos que se movían, volaban sobre las cabezas de Neil y Chris, se convertían en rascacielos, en ciudades o en un muro que luego se podía derribar. Las proyecciones, como siempre, una delicia. Y los bailarines, disfrazados con cubos en la cabeza y todo, un arte. Definitivamente, no es que el show fuese malo, que en absoluto: es que era imposible contentarnos a todos. 8