Discos de la década: Rufus Wainwright

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Discos de la década: Rufus Wainwright

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Elegir un disco de Rufus Wainwright para nuestra lista de discos de la década ha sido un verdadero infierno. Muchos querrían ver aquí ‘Poses’, el disco de Rufus que mejores críticas y más aceptación ha tenido. Sin embargo, no era uno de los favoritos de JENESAISPOP, que no se decidía ni por el ‘Want One’ ni por el ‘Want Two’. Por suerte, Caniche vino con la solución: ‘Want’ iba a ser un disco doble que finalmente fue publicado por separado. Haciendo un poco de trampa y tomándonos las normas a nuestra manera (mentira, que ha sido por pura desesperación), hemos hecho una excepción y vamos a considerar ‘Want One’ y ‘Want Two’ como fueron concebidos originalmente: como un único disco llamado ‘Want’. Al fin y al cabo terminaron juntos en una edición cuya portada veis aquí.

‘Want’ constituye, por goleada, la obra más barroca del compositor canadiense -aunque ya en ‘Poses’ apuntaba maneras-. Rufus se encontraba en plena orgía compositiva, no paraba de trabajar como un loco y de componer canciones. Y lo mejor de todo: muchas de ellas grandiosas. La crítica más o menos en general supo entender el aspecto formal como un recurso estilístico y un giro más de la personalidad excesiva de Rufus, por lo que en general fue benévola con un disco que, por incluir, contiene hasta referencias a Britney Spears (‘Vibrate’).

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El primer disco, ‘Want One’, es radicalmente más melodramático que el segundo. Canciones como ‘Pretty Things’ o ‘Oh What A World’, donde Rufus se queja de la feminización de los hombres heterosexuales al tiempo que se lamenta por viajar tanto sin conocer varón; ‘Dinner At Eight’, en la que cuenta la difícil relación con su padre; o ‘I Don’t Know What It Is’, que compuso durante una fiesta de The Strokes, dan buena cuenta de ello. Sin embargo, la canción más épica, la que es capaz de desmontar a cualquiera que la escuche, no llega hasta la mitad del álbum. Después de tirarse tres días colocado y de darse cuenta de que tenía un gravísimo problema con las drogas, escribió ‘Go Or Go Ahead’.

El segundo disco de este improvisado pack, ‘Want Two’, es algo más austero. Un comienzo tortuoso y absolutamente patético (ambas en el buen sentido) convierte a ‘Agnus Dei’ en una de esas canciones que te ponen los pelos de punta. Muchos pensarían en aquel momento que si ‘Want One’ era barroco en estado puro, lo que se avecinaba era aún mucho más exagerado. Pero no, porque ahí, justo después de un comienzo tan recargado y caprichoso, estaba ‘The One You Love’: una canción de pop absolutamente perfecta, pegadiza, que cuando la escuchas por la calle no puedes pensar en otra cosa que no sea decirle a cualquiera una noche de viernes «Let’s f*ck this awful art party. Want you to make love to me and only to me in the dark». Sin embargo, gracias a la política antediluviana de Universal para con Youtube e Internet en sí, sólo podéis disfrutar de 30 cochinos segundos de canción. Se siente (el completo está aquí):

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Un año después que su predecesor, ‘Want Two’ obtuvo buenas críticas. Quizá porque ya el mundo estaba habituado a un estilo cuanto menos peculiar, vanguardista en muchos aspectos, y porque ‘Want Two’, aunque a nivel melódico e instrumental es menos recargado, pone de manifiesto el enorme talento (y el poderío desmesurado) de un Rufus capaz de emocionar sentado al piano cantando ‘The Art Teacher’ o la más que irreverente ‘Gay Messiah’. «Más te vale rezar por tus pecados, porque el Mesías Gay está al llegar».

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Como último argumento para declarar ‘Want’ disco de la década, están las múltiples colaboraciones de Rufus con lo más granado del panorama musical. Desde su madre o su hermana, también pertenecientes al mundillo, hasta el apreciadísimo Antony Hegarty, con quien firma ‘Old Whore’s Diet’, una canción de casi 10 minutos de esas que te dejan un poco en plan «otra encantadora ida de olla».

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