Los londinenses The Chemistry Set, de los que ya os hablamos el pasado año cuando editaron ‘Alchemy #101’, vuelven a la carga y presentan este viernes nuevos temas llenos de buenas vibraciones en el Pop Bar de Razzmatazz. Acaban de grabar un nuevo mini-LP, producido nuevamente por Manel Ibáñez, que ya puede oírse en su MySpace. Mientras esperamos la confirmación de más fechas en nuestro país, Dave McLean, líder de la mítica banda, nos habla de sus discos favoritos y de su pasión por la psicodelia.

¿Qué disco recuerdas con más cariño de tu adolescencia?
El primer grupo que me enganchó fueron The Monkees (gracias a mi padre) y mi canción favorita era ‘Pleasant Valley Sunday’. Tendría unos 10 años y justo al año siguiente el movimiento punk irrumpió en Londres. Iba al colegio a 1km de Kings Road en Chelsea y un día después de clase fuimos unos cuantos amigos allí a ver pelearse a los punks contra los Ted’s (Teddy boys), que era mucho más divertido que ir al zoo…

Cuando llegué a mi adolescencia oía un montón de música de los 60 y punk/new wave. Después me metí en la escena mod londinense pero fue simplemente el trampolín para llegar al amor de mi vida… ¡la psicodelia! Mi disco favorito, el que no podía dejar de poner una y otra vez fue ‘8 Miles High’ de The Byrds. ¡Recuerdo oír aquella Rickenbacker de doce cuerdas en el riff de John Coltrane y cómo me ponía los pelos de punta!

¿Hay algún disco que hayas comprado más de una vez?
‘Forever Changes’ de Love. El disco más original de pop psicodélico de todos los tiempos. Muchas veces me imagino a mí mismo como un niño psicodélico viviendo en 1967 probando toda la música del momento y de repente ¡KA-BOOM!!… vas y oyes ‘Forever Changes’ por primera vez.

Realmente tuvo que ser un impacto. Hasta entonces se había podido oír la típica psicodélica (guitarras de acompañamiento, sincronías y canciones de amor) pero de repente llegó esta increíble mezcla de Johnny Mathis cantando una parte como Rodgers y Hammerstein (autores de varios musicales de Broadway de mediados del siglo XX), otra parte mariachi pop y otra clásica. ¡Debió de ser surreal! Todo esto mezclado con increíbles y evocadoras letras, bonitos arreglos de bajo y percusión y espectaculares guitarras. Me quitó el aliento la primera vez que lo oí y aún lo sigue haciendo.

¿De qué disco esperabas mucho y has terminado odiando?
Bueno, esto tiene un final feliz porque al final no me decepcionó. Después de oír ‘8 Miles High’ de The Byrds, tenía 13 años y estaba adentrándome en la psicodelia. Empecé a leer un montón de libros donde se recomendaban bandas y discos de este estilo. Recuerdo que leí un libro sobre los mejores discos de todos los tiempos según Rolling Stone y decía que ‘Buffalo Springfield Again’ era un imprescindible si te gustaban The Byrds. Así que me compré el disco. Llegué a casa, me puse los cascos ¡y pensé que aquello se trataba de un error! El disco tenía de todo, pero ¿dónde estaban las Rickenbackers? La única canción que me gustó fue ‘Mr. Soul’. Ese disco estuvo muerto de risa en una estantería durante años y un día decidí darle otra oportunidad. Al final se convirtió en uno de mis discos favoritos de todos los tiempos. Lo que refleja cómo pueden llegar a evolucionar los gustos musicales.

¿Qué disco no deberías haber prestado nunca?
Tenía un amigo al que no podía dejar solo en mi casa porque siempre intentaba robar discos (los escondía entre la cazadora). Después de un tiempo dejó de robarlos y los empezó a pedir prestados, sin devolverlos jamás. O sea, lo mismo. Solía hacerlo con todo el mundo, aunque a pesar de esto, era bastante majo. Me pidió prestado un disco de un grupo bastante poco conocido llamado The Wizards from Kansas. Compré el disco en los 80 por £15. Nunca volví a verlo. Pero sí he visto que por el LP original se han llegado a pedir cientos de libras. ¡Vaya amigo!

¿Por qué disco pagarías mucho dinero a día de hoy?
Como ya he dicho, Love es mi banda favorita de siempre (tuve la suerte de conocer a Arthur Lee en 1994) y tengo todo lo que han sacado pero me gustaría oír todavía algo más: un directo de ellos de 1967. Todo lo que se puede conseguir es de 1968 en adelante. En 1967 tocaron casi todo el ‘Forever Changes’ (sin orquesta) en el club Whiskey A Go-Go de L.A. y el concierto se grabó. Pero no ha habido ninguna filtración de esto jamás ni se ha oído nada hasta hace unos diez años, que se rumoreaba que un coleccionista canadiense pagó $10000 por la grabación. ¡¡Vendería mi colección entera de discos sólo por oír eso!!