El cantante mexicano norteño Sergio Vega, conocido como El Shaka, fue asesinado el pasado sábado por varios sicarios que le dispararon 30 veces. Horas antes, el cantante había desmentido que hubiera sido víctima de un atentado, como se había rumoreado. De hecho, había comentado que a raíz de la ola de violencia sufrida por los músicos de su estilo, había reforzado su seguridad. Desde 2007 siete músicos populares mexicanos han muerto a manos de sicarios del crimen organizado. El género que manejaba el cantante, con referencias al amor, al peligro y al tráfico de drogas, es conocido como «narcocorrido«.
Su representante Ana Luisa Gómez dice , según El País, que el cantante no había sido amenazado ni tenía deudas con el narcotráfico. «La prueba es que iba sin escolta y sin armas, conduciendo su Cadillac. Ya hacía tiempo que no se centraba en los corridos, su repertorio era de canciones de amor. No creo que se trate de un ajuste de cuentas, es uno más de los miles de mexicanos que están muriendo por culpa del narcotráfico. Sergio es la última víctima».