Comentaba según llegaba el verano que ver a un grupo como Kiss en concierto, espectáculo grandilocuente donde los haya, es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida. El concierto que cerraba la pasada semana entra en la misma categoría, y un anfiteatro repleto lo atestiguó. Una actuación de Jonathan Richman, para los recién llegados, es precisamente todo lo contrario, la sencillez y honestidad personificadas: él, su guitarra española (la cual cambia a veces por un cencerro o sonaja) y su inseparable Tommy Larkins (ex Giant Sand), posiblemente el batería con más paciencia (y capacidad de improvisar) del mundo, siempre a merced del imprevisible Richman, que puede decidir dejar la guitarra a mitad de un tema para ponerse a bailar, por poner un ejemplo.
‘When We Refused To Suffer’, de ‘Because Her Beauty Is Raw And Wild’ (2008), dio comienzo al espectáculo, y tanto esta como la mayoría de canciones, Jonathan las interpretó en un castellano libérrimo, al estilo de ‘¡Jonathan, Te Vas A Emocionar!’ (1994) o su reciente ‘¿A qué venimos sino a caer?’ (2009), provocando carcajadas cómplices entre los presentes. Otros pequeños grandes éxitos que nos regaló fueron ‘Vampiresa Mujer’, ‘No One Was Like Vermeer’, ‘Let Her Go Into The Darkness’, ‘Celestial’ (danza interpretativa incluida), la mítica ‘Egyptian Reggae’ de su etapa al frente de los Modern Lovers, ‘Cosi Veloce’ o la tremenda ‘Es Como El Pan’. Se echaron de menos temazos como ‘I Was Dancing In The Lesbian Bar’, ‘Capuccino Bar’ o ‘Action Packed’, pero es preferible dejar a Juanito hacer lo que quiera, y sobre todo, como quiera, tanto con sus canciones como con su público, a quien hizo levantarse, bailar, dar palmas y en definitiva divirtió como pocos saben hacer. Quien no salió del recinto con una sonrisa de oreja a oreja es porque no es humano. 8.
El argentino Siro Bercetche fue una buena elección para preceder a Jonathan Richman, pues su música podría ser la respuesta latinoamericana a la propuesta del de Massachusetts, con influencia tanto del cabeza de cartel como de Luis Alberto Spinetta, especialmente por las melodías y el modo de cantar de este último. Acompañado por otro buen batería con querencias jazzísticas, interpretó bonitos y a la vez cómicos temas como ‘Crisis Mundial’, los cuales no dejaron indiferentes a los que allí estaban, hecho que desgraciadamente sí sucede con muchos teloneros. 7.