En las colas que se formaron anoche para acceder a La Riviera se escuchaban frases del tipo «jo, es que vaya rollo ver a Yann Tiersen de pie, porque aquí sentado no será, ¿no?», lo cual indicaba que posiblemente muchos de los asistentes no tenían ni idea de lo que iban a ver, ignorando la trayectoria que ha tomado la carrera del artista en los últimos años, y esperando ver un concierto de música de cámara, con pianos, acordeones y violines. Y violín sí que hubo, pero rodeado de sintetizadores, loops, guitarras, bajo y batería, porque esta gira es de presentación de ‘Dust Lane‘ (2010), un disco que poco o nada tiene que ver con los trabajos mayoritarios de Tiersen. Sólo hubo una concesión, y fue cuando Yann, acompañado de su violín, interpretó la archiconocida ‘Sur Le Fil’, momento en el que todo el mundo se calló y prestó atención a lo que sucedía sobre el escenario, y dedicó posteriormente una fervorosa ovación.
¿Qué sucedió durante el resto de la hora y media de actuación? Quienes verdaderamente quisimos prestar atención pudimos disfrutar (en los momentos de mayor intensidad, porque en los más calmados se oían a veces más las conversaciones de según qué gente que la música) interesantes adaptaciones post-rock de sus temas clásicos, a destacar la de ‘La valse d’Amélie’, y la versión en directo de algunos cortes de su (por lo visto para algunos) menospreciado último álbum, como el que le da título, ‘Ashes’, ‘Fuck Me’ o ‘Palestine’. Después de todo, a los presentes en la abarrotadísima Riviera, se dedicasen a charlar o no, pareció gustarles mucho, pues de tanto aplaudir y vitorear lograron que Tiersen y su banda saliesen de nuevo para un segundo bis. Esto debería darle confianza de sobra para seguir explorando esta nueva ruta que tantos frutos está dando.