En la espiral de salir los domingos como si fueran sábados, los jueves como si fueran viernes o los miércoles adelantando el jueves, este miércoles, velada que cada vez cuenta con mayor competencia, se inauguraba Luxor en el Cool de Madrid, una fiesta inspirada en los casinos (los visuales hacen constantes alusiones a la ruleta rusa), con música electrónica para bailar y actuaciones en directo.
Las dosis para bailar las pusieron Tunguska, Aprés Calamité y Pascal, junto al micro-concierto de Familjen. Una actuación casi por sorpresa. No correspondía a un evento promocional, ni a uno privado, más bien organizado por una parte de la modernidad madrileña, que en ese juego de cartas en solitario de ir por delante, apenas dio a conocer. Una convocatoria hecha a través de la red de Mark Zuckerberg, que para la revista TIME es la persona del año 2010.
El set de Familjen llegó con casi dos horas de retraso, ya que su vuelo estuvo atascado en Munich por un temporal de frío, y no pudo alcanzar la hora de duración. La partida se desarrolló capitaneada desde unos platos al fondo del escenario por un crupier, que lanzaba las bases que el sueco Familjen sincronizó perfectamente a su voz. Con mayor aproximación a una sesión de baile que a un concierto, comenzó con ‘It Began in Hässlehdm’, que bien nos podía llevar a salones llenapistas de la era acid-house. De su primer disco cayó ‘Det Snurrar I Min Skalle’ y del último el público escaso celebró ‘Det Var Jag’, ‘När Planeterna Stannat’ o la versión del clásico de Bronski Beat ‘Smalltown Boy’. Johan T. Karlsson, nombre tras el alias de Familjen, no dejó de bailar del mismo modo que Andy Bell, al que hay que añadir un parecido físico razonable, enroscándose al cable del micro, y que por instantes pudo recordarnos a Erasure en lo visual, y, tras una tirada de dados, a Lo-Fi-Fnk en lo musical. 6.