Esta semana aparecía en todos los medios que el Ayuntamiento de Madrid había decidido poner en marcha el artículo 41 de la nueva ordenanza del ruido que ha preparado Medio Ambiente y que prohíbe el uso de instrumentos musicales en la calle. Esta decisión provocaba las críticas de IU y PSOE, que no tardaban en realizar declaraciones, como las del socialista Pedro Santín, que consideraba la nueva normativa una “cacicada autoritaria”. Santín ha explicado que a los artistas callejeros se les “podrá poner multas de hasta 750 euros» y ha añadido que todo esto “es una fobia más de Ana Botella y de todo el Gobierno municipal, que está superando los límites de la racionalidad”.

La respuesta de los músicos madrileños no ha tardado en aparecer y, a través de Facebook, están creando un evento para realizar una huelga general en contra de la discriminación artística.

Por su parte Gallardón desmentía hoy esta cuestión y declaraba que «pocas cosas le gustan más que escuchar música en la calle». El alcalde de Madrid no ha especificado cómo podrán tocar los músicos en la calle a pesar de la ordenanza pero aseguró que la norma seguirá «el sentido común». «El buen gusto invita a que no haya ningún tipo de penalización sobre los músicos callejeros».

Un nuevo noticia y desmentido que nos recuerda a lo de la prohibición de tocar en bares.