Black Lips, casi el grupo oficial del punk garajero macarra pero indie de los últimos años, no se han arrimado a Mark Ronson para que este les convierta en el nuevo exponente del revival sesentero en las radiofórmulas de todo el mundo. Ni siquiera para que los convierta en los nuevos Astrid. La idea que buscaban parece simplemente sonar mejor y no desde el fondo de un pozo, al menos no todo el tiempo.
Ronson no añade por aquí ninguno de sus elementos más característicos (aunque suenan metales en ‘Mad Dog’), pero sí parece responsable de que algunos de los temas luminosos que ya asociábamos a Black Lips suenen ahora algo más limpios, como es el caso de la perfecta ‘Modern Art’ o la pegajosísima ‘Raw Meat’. A lo largo del disco encontramos temas con elementos tan diferenciadores como el theremin surfero de ‘Bone Marrow’ o el western medio épico de ‘The Lie’, lo que unido al ánimo a ir por su camino (el malo) de la inicial ‘Family Tree’ o las referencias nerd de ‘Spidey’s Curse’ (con guitarras en parte un poco Johnny Marr) suma un álbum muy entretenido.
Hay un par de buenas producciones de Lockett Pundt de Deerhunter (‘Go Out and Get It’ y la velvetiana ‘Bicentennial Man’), pero frente a temas tan pop como ‘Time’, ‘Don’t Mess Up My Baby’ o ‘New Direction’, otras pistas como ‘Noc-A-Homa’ (la catorce de dieciséis) se hacen innecesarias porque no aportan nada sobre lo ya dicho. Aun así, ‘Arabia Mountain’ logra dar un pequeño paso adelante sin traicionar los principios de la banda en discos pasados ni decepcionar ni a un solo fan.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Family Tree’, ‘Modern Art’, ‘Raw Meat’, ‘Spidey’s Curse’
Te gustará si te gustan: los anteriores, al fin y al cabo
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