Dionne Bromfield / Good For The Soul

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Dionne Bromfield / Good For The Soul

Los bautizos musicales pueden salir bastante bien (Mylène Farmer supo que las nuevas generaciones ávidas de Lolitas se sentirían atraídas por Alizée) o pueden caer en saco roto, como la larga lista de cantantes que ha tratado de meternos por los ojos a lo largo de las décadas Prince. Dionne Bromfield, que fue el primer fichaje del subsello de Amy Winehouse dentro de Island, Lioness Records, ha publicado este verano su segundo álbum, el primero con canciones co-escritas por ella misma.


Con sólo 13 años, la joven (jovencísima) promesa logró relativa notoriedad con ‘Introducing Dionne Bromfield’, que incluía versiones de clásicos más o menos evidentes (‘Mama Said’, ‘Ain’t No Mountain High Enough’) y con 15 publica un disco en el que se ha visto asistida por algunos de los creadores de hits en la sombra más populares del mundillo. Está Steve Booker, que echó un cable a Duffy en ‘Mercy’, ‘Rain On Your Parade’ o ‘Stepping Stone’, en media decena de cortes; está Phil Thornalley, autor del ‘Torn’ que popularizó Natalie Imbruglia, en ‘Ouch That Hurt’ y ‘Get Over It’; y está Paul O’Duffy, uno de los pocos participantes en la composición de ‘Back To Black’ aparte de la propia Amy (figura en los créditos como co-autor de ‘Wake Up Alone’), en ‘If That’s the Way You Wanna Play’ y ‘Remember Our Love’.

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El primer single, ‘Yeah Right’, es un tema cercano al neo-soul de Cee Lo Green con o sin Gnarls Barkley, en el que Bromfield acusa a su chico de mentir constantemente y él, el rapero Diggy Simmons, se defiende. El efecto Pimpinela-Camela siempre se agradece y la canción termina por resultar graciosa. Porque Dionne, que a veces logra un timbre entre Shirley Bassey y las Supremes, sabe llevar canciones como ‘Sweetest Thing’ (una de las más Duffy, etapa ‘Rockferry’, se nota la mano de Booker), ‘A Little Love’ o ‘Don’t Make It True’ hacia la euforia soul más revitalizante.

‘Ouch That Hurt’, otra de las ahijadas de ‘Ain’t No Mountain High Enough’, introduce guitarras medio funkys; y ‘Time Will Tell’ el obligado (sobre todo en un disco de catorce pistas) guiño reggae, pero como ella misma dice en uno de sus títulos, «es demasiado pronto para llamarlo amor» y la mayoría de las pistas peca de cierto gusto por lo estándar y por el lado más amable de la música negra (justo lo contrario de lo que encontrábamos en Winehouse). Un tema extra llamado ‘Spinnin for 2012‘, escrito por Speech Debelle, va a ser un himno de las Olimpiadas de Londres y Dionne podrá seguir dando que hablar en el futuro, pero todavía tiene que desarrollarse y falta mucho tiempo para que se escriba algo sobre ella sin que se recuerde la última aparición pública de su mentora.

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Calificación: 6/10


Lo mejor: ‘Yeah Right’, ‘Sweetest Thing’, ‘Don’t Make It True’
Te gustará si te gustan: lo mismos Shirley Bassey que Sharleen Spiteri

Escúchalo: Spotify

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