Hay grupos en activo que han hecho menos cosas que Ryan Adams durante su aparente retirada del mundo de la música, y es que pese a haberlo anunciado a bombo y platillo en 2009, parece que nunca haya parado la maquinaria, y ahí están las grabaciones lo-fi como las de Werewolph o Sleazy Handshake, solo por poner un par de ejemplos. Su prolífico catálogo aumentó el pasado año con dos referencias como son ‘III/IV‘, junto a los Cardinals y ‘Orion‘, en solitario. La primera de ellas pertenece a unas grabaciones realizadas en la época de ‘Easy Tiger’ (2007), y en ellas practica un rock alternativo muy en la onda de ‘Rock N Roll’ (2003). El caso de la segunda es bastante inusitado (si no tenemos en cuenta sus cientos de disparatadas grabaciones caseras), y es que aborda sin miedo el rock à la Motörhead.
Con toda esta retahíla de material, no cabía sino alegrarse de que Adams no tirase la toalla, eso sí, con el regusto amargo de que no concentrase sus fuerzas en lo que mejor sabe hacer: el country/folk melancólico que ya hemos tenido el placer de disfrutar en ‘Love Is Hell’ (2004), ‘Cold Roses’ (2005), ‘Cardinology’ (2008) o el mismo ‘Easy Tiger’. ‘Ashes & Fire’ será, pues, la respuesta a las plegarias de aquellos que creían (y en parte con razón) que la carrera del anterior líder de Whiskeytown andaba a la deriva.
Grabado en los estudios Sunset Sound Factory de Hollywood y producido por el legendario Glyn Johns, quien ha trabajado con The Who y Bob Dylan entre muchos otros, el nuevo álbum del de Jacksonville es conciso y calmado (y no por ello menos intenso); muy centrado estilísticamente. Además están las colaboraciones estelares de Norah Jones y Benmont Tench (Tom Petty & The Heartbreakers) como aliciente. En estos 43 minutos se pueden encontrar por un lado canciones como ‘Dirty Rain’, el tema titular o ‘Save Me’, de corte tradicional, que servirán para situar al oyente dentro del panorama sonoro que el autor propone, pero cuando realmente nos coge con la guardia baja es en ‘Come Home’, ‘Do I Wait’, ‘Kindness’ o ‘Lucky Now’, donde con poco más que guitarra y voz volvemos a apreciar aquella magia que por un momento parecía haberse perdido en un mar de medianía y que, una vez más, confirma que si Adams no factura discos así con mayor frecuencia es porque no quiere, o porque prefiere tomarnos el pelo durante un tiempo en vez de erizárnoslo.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Come Home’, ‘Rocks’, ‘Do I Wait’, ‘Invisible Riverside’, ‘Kindness’, ‘Lucky Now’.
Te gustará si te gustan: Ryan Adams & The Cardinals, Whiskeytown, Wilco.
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