The Field / Looping State Of Mind

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The Field / Looping State Of Mind

Axel Willner, el álter ego tras The Field, ha cambiado entre poco y nada su filosofía de trabajo. Sus discos siguen llevando como portada simplemente el título y nombre del artista como escritos con rotulador, exactamente igual que cuando el sueco enviaba sus trabajos a la discográfica Kompakt, mucho antes de convertirse en uno de sus artistas más aclamados. Por otro lado, su sello distintivo sigue siendo la utilización de loops en todas sus canciones: capas y más capas de loops interminables que terminan convirtiéndose en preciosas melodías.

Ha sido esta la técnica que le ha llevado al estrellato en el mundo de la electrónica, incluso ahora que soplan vientos más favorables para ella. ¿Quién esperaba desde la publicación del fabuloso ‘From Here We Go Sublime’ que un género como el dubstep extendiese sus tentáculos hasta la música mainstream? Obviamente nadie, pero la realidad es que ha sucedido y que el oyente medio igual se interesa también por otros géneros inimaginables en principio dentro del mainstream.

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Un claro empujón que podría hacer que Willner se ganase el respeto que se merece. Un tercer disco nada fácil si tenemos en cuenta que tras la que muchos consideran su obra maestra (su primer LP), parió un segundo álbum algo menos aclamado por la crítica, y más centrado en sonidos orgánicos y en luminosidad que en la densidad de este último. Es por eso que Axel Willner ha estado dispuesto a volver a sus raíces, creando un disco profundamente denso, en el que las capas se entremezclan unas con otras hasta hacer que el oyente sea incapaz de distinguirlas, hasta resultar prácticamente asfixiantes, desarrollando aún más las ideas que —en algunos casos— tan solo había esbozado.

‘Looping State Of Mind’ prescinde claramente de voces (sigue incluyendo algunos loops con sus inconfundibles ‘ohs’ y ‘ahs’, pero las canciones con letra han desaparecido) y combina canciones incluso bailables (‘It’s Up There’, ‘Looping State Of Mind’) con otras más pausadas y reflexivas hacia el final del disco (‘Then It’s White’, ‘Sweet Slow Baby’). El ambiente es mucho más plomizo que en su segundo disco (It’s Up There’) y en algunos casos la cantidad de loops puede resultar hasta excesiva, aunque nunca se hace pesada (‘Arpeggiated Love’).

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Lo que sí ha decidido mantener del segundo disco es el número de canciones y la duración. Tan solo siete temas conforman ‘Looping State Of Mind’, a lo largo de algo más de una hora. Como en ‘Yesterday And Today’, solo hay dos canciones que bajan de los ocho minutos. Algo que puede ahuyentar a aquellos oídos menos entrenados en las vicisitudes electrónicas, pero que definitivamente ayuda a Willner a desarrollar al completo la idea que tiene detrás de cada tema.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Is This Power’, ‘Arpeggiated Love’, ‘Looping State Of Mind’.
Te gustará si te gusta: ‘From Here We Go Sublime’.
Escúchalo: Grooveshark

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