La misma Christina Rosenvinge se tomaba un poco a broma el «repertorio especial» que se suponía tendrían sus dos shows de la pasada semana en Valladolid y Madrid, asegurando que se había enterado «leyendo la prensa» y que había tenido, entonces, que cambiar el setlist de esa noche. Lo cierto es que, pese a que sí realizó puntuales miradas a su pasado y algunas versiones, el grueso del concierto ofrecido el sábado 22 en el Neu! Club de la madrileña sala Galileo se basaba en sus dos últimos y exitosos álbumes.
A modo de celebración (y, sobre todo, promoción) del recopilatorio ‘Un caso por resolver’, Rosenvinge ha realizado estas actuaciones en un formato especial, semiacústico, secundada por su más reciente socio musical Raül Fernández (Refree) al piano, guitarras y voces, junto a Aurora Aroca del grupo Boat Beam, tocando chelo, piano y voces. Un formato que parecía anticipar una velada relajada de más, pero que tuvo como resultado un intenso y emotivo show en el que la interrelación de estos tres grandes músicos, con el lógico brillo de la cantautora madrileña, fue magnífica. Siempre encantadora y bella, aunque quizá algo excesiva en sus guiños cómplices a Refree (a veces divertidos, como la interpretación conjunta al piano de ‘Un hombre muy formal’, pero otras incómodos y un poco forzados), Rosenvinge mostró de nuevo que sus interpretaciones en vivo tienen tanta fuerza como en sus álbumes, y que cuenta con un repertorio sobrado de grandes canciones.
Como se anticipaba, efectivamente concedió interpretar los temas inéditos que incluirá ese inminente cuádruple álbum retrospectivo, que incluyen sus versiones del propio Refree (bonita, su apropiación de ‘El sud’) y ‘Hallelujah‘ del premiado Leonard Cohen (algo insulsa de no ser por los magníficos arreglos de guitarra de Raül), además de las regrabaciones de ‘Alguien que cuide de mí’, ‘1.000 pedazos’ y ‘Tú por mí’. Las tres resultaron realmente emocionantes y muy festejadas, especialmente por su público más fiel, y evidenciaron ante sus nuevos fans que todas las etapas en la carrera de Christina tuvieron momentos brillantes. Y eso incluye su, digámoslo así, etapa neoyorquina, de la que aportaron soberbias revisiones de ‘As The Wind Blows’ de ‘Frozen Pool’ y ‘Tok Tok’ de ‘Continental 62’.
Pero también fue patente que, nostalgias aparte, ‘Tu labio superior‘ y ‘La joven Dolores‘ son su cumbre creativa y canciones como ‘La distancia adecuada’, ‘Weekend’, ‘Jorge y yo’, ‘Anoche’, ‘Nadie como tú’, Eva enamorada’ o ‘Canción del eco’ son incontestables diamantes del pop de autor en castellano, las canciones que marcan diferencias y la harán ser recordada. Ni rastro de ‘Chas, y aparezco a tu lado‘, y ni falta que hacía. 8
Fotos: Iñaki Espejo-Saavedra