Continúa la guerra en las plataformas de música online. Si recientemente 200 sellos independientes abandonaban Spotify, ahora el punto de mira y la presión sobrevuela Grooveshark. Universal ha demandado a esta última por subir a su catálogo sin licencia más de 100.000 canciones e incumplir, de esta forma, los derechos de autor y copyright. La compañía pide 150.000 dólares de compensación por cada una de las canciones. Si se comprueba que el total de canciones que incumplen las leyes de copyright fuesen 100.000, Grooveshark se enfrentaría a una demanda de cientos de millones de dólares.
La respuesta de Grooveshark no ha tardado en producirse. El Consejero General de Grooveshark, Marshall Custer, ha criticado que la discográfica decidiese emprender acciones legales basándose en un comentario anónimo publicado en Digital Music News, que acusaba a la compañía de incumplir la ley de propiedad intelectual. Según informa El Mundo, el comentario se atribuye a un trabajador de la propia Grooveshark que reconocía la ilegalidad del servicio.
Mientras, Grooveshark ya está preparando su defensa y se defiende de las acusaciones. Dicen que la demanda de Universal se basa «casi en su totalidad en un comentario anónimo totalmente falso en un blog de Internet». ¿Por qué iban a basarse en algo tan nimio si nunca han cedido las licencias de su música para este servicio? En The Next Web realizaron hace unos meses una reflexión interesante sobre el limbo legal en que se basa Grooveshark, al ser un servicio de streaming de canciones que suben los usuarios.