Con discos como ‘Enjoy It While It Lasts’ uno se alegra enormemente de vivir en los tiempos de Spotify, de iTunes, de coger lo que te interesa de un disco y desechar el resto como si no existiera, de no tener que pagar por un LP cuando lo que te interesa es una canción. De que no sea tan fácil que te tomen el pelo, vaya.
Spector tienen presencia, un primer single resultón y la capacidad de sonar a mil grupos distintos: los Killers, Vaccines, Kaiser Chiefs, Maxïmo Park, etc. Ninguno de ellos destaca por su originalidad así que que nadie espere grandes novedades en las 12 canciones que conforman el primer trabajo de Frederick Macpherson y los suyos. Ahora, si lo que esperas es disfrutar de un temazo, dos canciones apañadas, 7 naderías y un par de insultos al buen gusto, este es tu disco.
Con ‘Chevy Thunder‘, single que sirvió como carta de presentación de la banda, nos imaginamos una versión mainstream de los Black Lips en plan homenaje a los Ramones de los 80. La prensa británica, contenta, y el público, también. Sí, había algo que chirriaba, pero la novedad hizo que lo pasáramos por alto. Estábamos ante un temazo. ‘Grey Shirt & Tie’ y su excelente vídeo consiguieron que siguiéramos expectantes por el lanzamiento del disco. Volvía a haber algo que no cuadraba, pero también hicimos caso omiso. El problema es que con ‘Celestine‘ ya no había forma de obviar el problema. No seré yo el que ponga un pero a los grupos que suenan a otros grupos con cierta solera siempre y cuando las canciones acompañen. Pero si no es el caso y encima te dedicas a sonar como una banda actual, mal vamos. Los Killers existen y están en activo. No queremos unos clones. ¿Qué será lo siguiente? ¿Otros Coldplay?
El caso es que ‘Chevy Thunder’ bien se merecía dar a Spector un voto de confianza y obviar la rima de «Celestine» con «self-esteem». Error. Nada puede justificar tener que oír algo tan chusco y lamentable como ‘Friday Night, Don’t Ever Let It End’. Puestos a imitar a la banda de Brandon Flowers podías imitar lo mejor y no lo peor. Ni un Meat Loaf descafeinado y en horas bajas podría superar semejante atentado. A partir del minuto 2.47 es virtualmente imposible no sentir que te están torturando. Igual de tortura supone acordarte de los Strokes cuando comienza ‘Twenty Nothing’ o acordarte de la facilidad para el hype de la prensa inglesa cuando suena la engolada ‘Lay Low’. Entre tanto despropósito, ‘Never Fade Away’ supone una pequeña esperanza. Es como si la banda quisiera dejar claro que igual dentro de 10 años podrá publicar un disco apetecible. Otra cosa es que para entonces alguien quiera escucharlo.
Aplaudimos la capacidad de la industria del Reino Unido para envolver algo tan mediocre con un lazo, colarnos al grupo en un FIB y encima conseguir que vendan una cantidad aceptable de copias. Pero lo aplaudiríamos más si al terminar la reproducción del disco no te quedases con la sensación de que te han vacilado.
Calificación: 4/10
Te gustará si…: es imposible que te gusten.
Tema destacado: ‘Chevy Thunder’.
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