Andrew Bird / Hands of Glory

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Andrew Bird / Hands of Glory

Durante toda su carrera, Andrew Bird ha ido tocando muchos palos: el academicismo en su formación como violinista, el acercamiento al swing y al folk en sus colaboraciones con los Squirrel Nut Zippers o junto a sus propios Bowl of Fire o -por último- la apropiación de recursos e instrumentación del rock más indie en su consolidada carrera en solitario.

Lejos de ir de un estilo a otro, su música ha ido enriqueciéndose y manteniendo diálogos de ida y vuelta hasta llegar a esa suerte de «americana» elegante y sofisticada -con muchos aciertos pero a veces también un pelín aburridota– tan del gusto del hipster treintañero actual, ése que posa y aplaude ritualmente en teatros.

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Sin embargo, en el disco publicado en los primeros meses de este año, ‘Break it Yourself‘, Bird demostró haber encontrado la mezcla perfecta, realmente excitante, entre todos sus referentes. Un momento dulce que este EP sin excesivas pretensiones no hace sino confirmar.

‘Hands of Glory’ podría parecer un disco en torno a ‘Othello Looks Back’, una especie de single extendido a partir de una de las mejores canciones de ‘Break it Yourself’ aquí remozada como ‘Othello’. Pero no lo es. La versión de este tema, más directa y con menor carga folclórica que la original es muy chula y se adapta al tono del disco, pero dista de ser la pieza central de todo el EP.

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Podría parecer también un disco de versiones. ¡La mitad de las canciones son temas ajenos! Cierto, ‘When the Helicopter Comes’ es de The Handsome Family, ‘If I Needed You’ es de Townes Van Zandt y ‘Railroad Bill’ está basada en una canción tradicional. ‘Spirograph’ también es una versión aunque un poco diferente ya que se trata de un tema de Alpha Consumer, la banda del guitarrista de directo de Bird, Jeremy Ylvisaker. En cualquier caso, tampoco la autoría ajena es lo más destacable del disco.

¿Acaso lo es el sonido? Indudablemente, es una colección de canciones de corte mucho más country que su predecesor. En Pitchfork se marcan una interesante deriva sobre que éste es un disco de «fiddle» mientras que ‘Break it Yourself’ era un disco de «violin». No andan desencaminados. Tanto el tipo de composiciones como el modo en el que están grabadas (con un solo micro y de nuevo en un pajar) parecen querer evocar un cierto ruralismo.

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Al final, diréis, no deja de ser el típico disco menor que saca Andrew Bird después de cada entrega seria. Una colección de descartes, instrumentales y esbozos para los fans. Ciertamente, el tiempo lo pondrá cerca de otros de sus discos «de acompañamiento» como ‘Soldier on’ o ‘Useless Creatures’, aunque sólo ‘Something biblical’ pueda sonar a una posible cara B guardada en un cajón.

Y eso se debe, más que nada, a que -para mí- ‘Hands of Glory’ es -por encima de todo lo anterior- el disco de ‘Three White Horses’, esa canción cuyo bajo abre el EP y te deja hipnotizado. Una joya que consigue no sólo resumirte en poco más de tres minutos todo lo que Bird puede ofrecernos sino que, además, secuestra la última parte del disco con una suerte de ramificación atmosférica y deliciosa: ‘Beyond the valley of the three white horses’.

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Three white horses’, ‘Beyond the valley of the three white horses’
Te gustará si te gusta: Archer Prewitt, Wilco, Dakota Suite
Escúchalo: Deezer

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