El título del nuevo disco de Darwin Deez parece sugerir que nadie presta demasiada atención a lo que el neoyorquino tiene que decir. Atendiendo a las pocas reseñas que hay de su nuevo disco por Internet (aunque, también hay que decirlo, NME le ha plantado un 8), por no hablar de que Pitchfork directamente pasó de él cuando publicó su debut y pinta a que va a hacer lo mismo esta vez, no parece que ande muy desencaminado. Deez es no obstante un guitarrista creativo y un letrista audaz y divertido que suele soltar más de una perla memorable en sus canciones. ‘Songs for Imaginary People’ es su segundo álbum para el sello Lucky Numbers.
Como casi todo segundo disco, ‘Songs for Imaginary People’ presenta una evolución para bien en el sonido de Darwin Deez. Donde antes asomaba el lo-fi y el conjunto no era todo lo convincente que podría haber sido, ahora hay nitidez y un todo mucho más sólido. Pero como casi todo segundo disco, también, la propuesta es continuista y viene bien servida de sintetizadores retro, ritmos afilados y cuidadosamente elaborados, pegajosos riffs de guitarra (la clave de todo disco de Darwin Deez), melodías muy Strokes y letras a medio camino entre lo inteligente y lo «borderline». Deez, de hecho, parece no dedicarle el mismo trabajo a sus melodías que a sus letras, lo que resulta en canciones que, un poco al estilo de la última Björk, suenan inequívocamente improvisadas, aunque, por alguna razón, funcionen.
El arsenal de hits instantáneos del álbum sigue siendo el mínimo, limitándose Deez a un par o tres de grandes canciones que, igual que pasó con ‘Radar Detector’, no deberían encontrar problema para asegurarse un hueco en la lista de éxitos británica. Destaca en especial la asombrosa ‘Moonlit’, una canción sobre una relación inestable que presenta de nuevo un inolvidable riff. Deez se supera también en ‘You Can’t Be My Girl’, en la que se queja de los malos hábitos de su pareja, a quien, al fin y al cabo, necesita, y cuyo estribillo es, de tan sencillo, efectivo. ‘(800) HUMAN’ abre el álbum obligando al oyente a no abandonar la escucha ya desde los primeros segundos con la asertividad de ese “¿estás cansado de no existir?”, y tanto la suciedad cercana al shoegaze del sencillo ‘Free (The Editorial Me)’ como el carácter R&B de la estupenda ‘Redshift’ se encuentran entre los instantes más destacables del álbum.
El resto de canciones no apuntan tan alto como las mencionadas pero no están mal. ‘All In The Wrist’ presenta un buen desarrollo, ‘Good To Lose’ es pegadiza, y la romántica ‘Chelsea’s Hotel’, en la que Deez nos cuenta que quiere construir “un hotel en el corazón” de su amada Chelsea (con la que se pelea de vez en cuando, ahí está ‘Moonlit’) cierra el disco de manera digna, dejando un buen sabor de boca. En medio, más riffs memorables de la mano de ‘No Love’ y más sintes alienígenas en ‘Alice’, en la que suelta la gran frase “you have monopolized cute”. Todo el disco es una mezcla de sonidos extraños, melodías directas, un uso estupendo de las guitarras y letras que son dignas de citar en alguna ocasión.
En definitiva, ‘Songs for Imaginary People’ es un disco de pop del modo que lo entiende su peculiar autor, divertido pero con una producción cuidada y detalles que vale la pena descubrir. Deez es además un buen contador de historias o incluso un buen poeta. Parece contradecirse en ‘Free (The Editorial Me)’, alabando las ventajas de la libertad con la memorable frase “sonrío a lo que vea que está pasando / porque yo decido lo que significa para mí” cuando en la primera pista del álbum califica la libertad de “condena”, pero en general siempre logra entretener y ser adorable al mismo tiempo. Quizás no lo vaya a escuchar todo el mundo, solo la “gente imaginaria” que reza su título, pero este es un disco muy recomendable para quienes busquen pop fuera de convenciones.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘(800) HUMAN’, ‘You Can’t Be My Girl’, ‘Moonlit’
Te gustará si te gusta: Sondre Lerche, The Strokes
Escúchalo: Deezer