Vale, ya sabemos que a menos que gente como Michael Mann se ponga detrás de la cámara tampoco tenemos que esperar algo trascendental en una película de acción. Que por otro lado, menudo aburrimiento si el cine de autor nos negara el placer de asistir de vez en cuando a un espectáculo puramente palomitero. Pero de ahí a aceptar que el género vuelva a los tiempos en los que Chuck Norris o Steven Seagal eran los reyes del puñetazo…No, esos guiones de videoclub los toleramos cuando La Sexta llena parrilla de vez en cuando. Pero aguantar historias así en el cine es demasiado.
De hecho, resulta casi un insulto cuando se tiene como protagonista principal a Jason Statham, único heredero posible de aquellos héroes todoterreno que poblaban el cine de acción de los 80. Y no lo decimos solamente por su parecido al Willis de las primeras ‘Junglas de cristal’, sino porque ya demostró en filmes de Guy Ritchie o en la saga ‘Transporter’ que tiene esa mezcla necesaria de músculo, testosterona y don de comedia obligado para convertirse en el nuevo héroe predilecto de Hollywood.
Por eso no es comprensible que todavía sin confirmarse como único candidato posible al puesto este actor británico se haya involucrado en algo como ‘Parker’, otra historia más de venganza entre ladrones que se traicionan y pegan palizas sobrehumanas en la que Statham se disfraza de cura y de magnate texano y, sorpresa, Jennifer Lopez llega a caer incluso simpática.
Guardad los aplausos, no es mérito suyo, sino de un par de réplicas ingeniosas que arrancan las únicas sonrisas de toda la proyección. De hecho, el acting de JLo es tan de “pasaba por aquí” que a veces te preguntas si el rodaje de sus escenas tuvo lugar entre descanso y descanso de la grabación de singles con Pitbull en Miami. Al menos en una de las secuencias se desnuda bajo la atenta mirada de Statham, y seguro que sólo por eso a algunos les habrá compensado pagar la entrada. 3,5