Este fin de semana Klaus & Kinski nos han dado un disgusto. Su cantante, Marina Gómez Carruthers, aparentemente abrumada por los comentarios vertidos sobre ella en la red, anunció durante un concierto en Madrid su decisión de retirarse del mundo de la música. Si algún día tendremos en nuestras manos un nuevo disco del grupo es algo que hoy por hoy creo que hasta ellos mismos desconocen con seguridad, y no merece la pena darle más vueltas para convertir lo que podría ser un berrinche puntual (o una acumulación de varios) en una pelota más y más grande. Desde fuera, parece lógico que el dúo necesite tomarse un descanso después de publicar tres obras capitales en menos de cinco años. El tiempo dirá en qué consiste esto, en realidad con bastante pinta de ser lo que los grupos internacionales llaman «hiatus», una constante en casi todas las carreras musicales.
No obstante, no vamos a dejar de reflexionar sobre la responsabilidad en esta decisión que ha podido tener JENESAISPOP, especialmente en nuestros comentarios, aportando algo más que un granito de arena en esta historia de negatividad hacia el grupo que se ha desplegado también en otros sites y por supuesto en las tan traídas y llevadas redes sociales (Marina se refería a Twitter, en concreto). Hoy no queremos mirar hacia otro lado. Nuestro site, para nuestra vergüenza, ha albergado insultos y amenazas hacia el grupo que unas veces hemos borrado, otras veces no hemos podido moderar a tiempo (a veces es difícil decidir qué se borra y qué no se borra cuando el propio artista ha decidido contestar un mensaje) y otras posiblemente no hemos siquiera leído, perdidos en un mar de 354.000 comentarios que ningún ser humano puede revisar uno por uno.
Evidentemente también ha habido comentarios positivos. Los discos de Klaus & Kinski no sólo han aparecido en la lista de lo mejor del año que elabora la redacción, sino también en la que elaboran nuestros lectores. Parece claro que para el éxito del grupo, cuyo ‘Herreros y fatigas‘ llegaba a alcanzar el puesto 54 de la lista de ventas oficial del país que elabora Promusicae, nuestro site y sus lectores han contribuido un poquito, y podemos sentirnos orgullosos. Julio Ruiz de Disco Grande decidía bautizarme un buen día como «fan número 1» en Radio 3, sin considerarme yo nada de eso (sin irme muy lejos, mi compañero Claudio M. de Prado quiere abrir un blog sólo para contar lo que el grupo significa para él). Y además los más despistados nos parabais por los bares en enero de 2009 para preguntarnos si el grupo era amigo nuestro (para cotillas extremos, un día comimos juntos en el chino de Plaza de España de Madrid y ya, y ni una triste foto nos hicimos) y si por eso habíamos situado ‘Tu hoguera está ardiendo‘ como 2º mejor disco del año 2008 (estamos en España, la gente piensa que estas cosas funcionan así). Algo a favor de la banda habremos hecho: el propio Alejandro Martínez, único compositor del grupo, nos dijo cuando tocaron en una fiesta por nuestro tercer aniversario, junto a Anntona, que «antes de salir en JNSP, conocían a Klaus & Kinski 60 personas».
Sin embargo, tampoco es tan difícil comprender que para un grupo que no tiene la proyección comercial de Love of Lesbian o Russian Red, bien sea por su querencia folclórica -algo que no termina de asumir el público alternativo medio-, bien por su irregular directo, pueda llegar un momento en que no tenga tanto sentido continuar si no puedes vivir de esto y encima recibes comentarios desagradables y ofensivos a diario. A muchos de los que hoy entonan lo de «la que se ha liado por un comentario» me gustaría ver aguantar según qué cosas día tras día, a sabiendas de que muchas de esas opiniones llegan, por ejemplo, a oídos de tus ancianos padres. Los comentarios negativos pesan más y es algo que he percibido también visitando oficinas de sellos españoles cuando he tenido que acudir a entrevistar a diferentes grupos y allí siempre se me decía que los comentarios del site eran bochornosos y que no nos hacían ningún tipo de favor como web. Todo ello sin saber si detrás de ellos había amigos de vete a saber quién, intereses ocultos, «haters» por razones personales, desequilibrados o niños muy lejos de la edad adulta física o mentalmente. Daba igual.
Los comentarios han enriquecido también JENESAISPOP durante sus 7 años de historia. Recordemos que descubrimos a Amy Winehouse gracias a una recomendación. O que Klaus & Kinski fueron mencionados por lectores como Boysofmelody, Infiltrado, Astredu o Pocoyó antes de que nosotros habláramos de ellos. Por eso nunca ha sido una opción cerrarlos. Sin embargo, ha sido casi un alivio comprobar cómo en los últimos tiempos se ha reducido considerablemente su volumen. En primer lugar, porque no hay correspondencia entre esta bajada y las visitas del site, que de hecho vivió el segundo mejor mes de su historia el pasado mes de mayo y seguramente bata récord este junio. En segundo, porque creo que hemos conseguido nuestro objetivo de trasladar nuestra comunidad y los usuarios que nos importan y aportan cosas a nuestros foros, donde a pesar de que es necesario el registro, los mensajes se cuentan por cientos de miles (hay 568.597 a la hora de redacción de este editorial), y donde ni en su momento de peor rollo se ha llegado a igualar ni de lejos lo que hemos tenido que aguantar en lo que se conoce como «la página madre». Aunque sólo sea porque el humor que se utiliza, incluso contra nosotros, es bastante más divertido y ocurrente.
La bajada del número de comentarios en un site no será una mala noticia hasta que la gente comprenda que la libertad de expresión no es vulnerar los derechos reconocidos en la Constitución que tienen los demás. Por la evolución vista en los últimos tiempos (derivación a foros, cada vez más usuarios registrados con sus datos verdaderos, pérdida del miedo a opinar dejando nombres, apellidos y foto en Facebook… y esperemos que baje el paro), soy optimista y creo que estaremos más cerca de lograr una web sana dentro de unos años, cuando quizá casualmente Klaus & Kinski decidan retomar su actividad. Si no lo hicieran, podremos decir que han entregado una de las «trilogías» más espectaculares que recordamos de los últimos años. No reculamos: su original uso de géneros tan dispares como el pasodoble, el country, el bolero, la música disco y el noise, junto a sus letras, no se parece a nadie ni de dentro ni de fuera de nuestras fronteras. Han sido los mejores y serán muy difíciles de igualar.