La carrera de Midnight Juggernauts ha seguido avanzando cada vez más ajena al sonido Justice que tenían algunas de las composiciones de su primer disco ‘Dystopia’, publicado en 2007, y desarrollando más bien la sofisticación de otro tipo de cortes más psicodélicos, como ‘Shadows’, también de aquel debut. El trío australiano ha grabado curiosamente parte de este tercer álbum en una iglesia de Francia, pero manifiesta que la influencia más palpable en él es el desarrollo de algunas bandas sonoras que les han mantenido ocupados en los tres años que han pasado desde ‘The Crystal Axis’.
‘Uncanny Valley’ («valle inquietante«) debe su nombre a un término de robótica que se refiere a la sensación de rechazo que siente el ser humano por aquellos robots a los que se suele dar un aspecto demasiado humano, y lo cierto es que la idea sirve como reflexión en un disco de clara inspiración retrofuturista, un adjetivo con el que, a pesar de lo sobado, el trío no se termina de mostrar a disgusto. Y es que estamos ante una nueva excelente orquestación de elementos electrónicos y orgánicos en la que es difícil escoger cuáles llegan más lejos con su capacidad de seducción. Es lógico, por tanto, que haya en Midnight Juggernauts un gran apego por los años 70 y, por si la influencia de gente como Giorgio Moroder no quedaba clara desde la inicial ‘HLC’, el disco se cierra con una composición llamada ‘Melodiya’, bastante vinculable en su melodía a ‘I Feel Love’.
El grupo tiene también otros referentes y, mientras sus coetáneos Cut Copy pueden ser citados en los momentos más house, como el single ‘Memorium’ o ‘Streets of Babylon’ y ‘Sugar and Bullets’, Syd Barrett o incluso Sparks vienen a la mente al atender a los juegos vocales, amén de otros artistas de nuestros tiempos como Music Go Music o -de nuevo- los últimos MGMT. A pesar de la clara búsqueda de densidades, texturas y viajes al cosmos, se mantiene una preocupación por el pop que no sabemos si encontraremos en el próximo disco de los autores de ‘Kids’. Justo cuando ‘Uncanny Valley’ podía haber emprendido un vuelo sin retorno a los caminos del rock progresivo, presenta en verdad dos de sus composiciones más poperas. Se trata de ‘Systematic’ y ‘Deep Blue Lines’, ambas de estribillos luminosos y perfectos que podrían correr la misma suerte que los últimos sencillos de sus amigos Tame Impala, a los que han teloneado y versionado.
La conexión franco-australiana es muy palpable en ‘Ballad of the War Machine’, un tema que, aunque indisociable de su vídeo ruso, remite a la chanson desde su mismo nombre. Probablemente por su carácter melancólico encantaría al Benjamin Biolay más versátil. Junto a la electro ‘Another Land’, que conecta con grupos más oscuros como WhoMadeWho, es la demostración de que el álbum podía contener cosas muy diferentes entre sí pero perfectamente vinculadas y cohesionadas. Un nuevo acierto de uno de los grupos más elegantes e infravalorados del pop electrónico internacional.
Midnight Juggernauts actúan el viernes 12 de julio en Razzmatazz, Barcelona.
Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Deep Blue Lines’, ‘Ballad of the War Machine’, ‘Memorium’, ‘Systematic’
Te gustará si te gustan: Giorgio Moroder, Sparks, MGMT, Cut Copy
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