Pharrell Williams / G I R L

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Pharrell Williams / G I R L

Pharrell_Williams_G_I_R_LTras protagonizar los dos éxitos más importantes del año pasado, y abrir este 2014 con otro que tiene todas las papeletas para repetir la jugada, era una cuestión inevitable que una discográfica le ofreciera a Pharrell Williams volver a retomar una carrera en solitario que había aparcado en 2006, después del fracaso de su primer disco, ‘In My Mind’. Para los seguidores del productor, una vez mitad de Neptunes, las expectativas estaban por las nubes sobre todo por un último año en el que, salvando algunas excepciones, parecía que había alcanzado su segunda edad dorada a los 40 años, encadenando temazo tras temazo. Pero este ‘G I R L’ no va a ser exactamente el disco que vaya a confirmar a Pharrell como un artista establecido en solitario, al menos no por su calidad. Si hay algo de lo que peque este segundo disco de Williams es la irregularidad y esa ligera sensación de ser un trabajo apresurado, hecho para aprovechar el éxito del momento y que contiene muestras de lo mejor y lo peor del productor.

El primer problema que encuentra el disco es uno de secuenciación. Comenzar con dos de los temas más largos no parece buena idea, sobre todo si uno, ‘Marilyn Monroe’, no tiene ninguna idea brillante, y el otro, ‘Brand New’, podría haber salido beneficiado de un edit que eliminase un minuto -o dos- que consiguiese que la composición no se hiciese eterna. Tras este interminable inicio, la cosa no mejora con ‘Hunter’ y ‘Gush’, que hacen empezar a sospechar que Pharrell tiene puesto el piloto automático, o peor aún, que parece una imitación de sí mismo.

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‘Happy’, al fin y al cabo la razón por la que existe el disco, rompe de manera evidente con lo anterior y parte el largo por la mitad, sin quedarse en ninguna. No olvidemos que la canción se compuso para la banda sonora de una película, meses antes de que la compañía decidiera desvincularla del filme. El tema adelanta una segunda parte mucho más interesante, en la que descubrimos cómo Williams es capaz de, haciendo lo mismo de siempre, ofrecernos algo destacado. ‘Come Get It Bae’ y ‘Gust Of Wind’, son indudablemente los mejores momentos del disco. La primera, con la voz de Miley Cyrus, podría haber entrado en el disco de la hija de Billy Ray, pero también en el de cualquiera estrella pop del momento, y probablemente ser un éxito. La segunda, con la anecdótica participación de Daft Punk en el pre-estribillo y su sonido setentero, podría colar como un descarte de ‘Random Access Memories’.

El cierre, con la excepción de ‘Lost Queen’, no ofrece tampoco nada nuevo: podríamos estar ante temas sobrantes de sesiones anteriores, ¿acaso no lo son? El conjunto general da la sensación de que Pharrell sólo ha tenido que reunir un grupito de canciones más o menos dignas para llenar un disco de 10 cortes y que todo es una excusa para seguir explotando el fenómeno ‘Happy’. Es probable que los temas con Cyrus, Daft Punk o Justin puedan continuar el reinado del artista en los charts de medio mundo, pero la sensación general que le queda a uno tras terminar ‘It Girl’, la canción final, es la de pereza e indiferencia. El rango de influencias que va desde Motown hasta Marvin Gaye, desde Michael Jackson hasta Prince, están todas ahí, pero faltan canciones redondas. Faltan estribillos pegadizos, faltan ganchos, falta riesgo, falta que el artista nos convenza de que esto no es simplemente un recopilado de descartes. No hace falta ser un seguidor talifán de Pharrell para saber con toda seguridad que si hubiese querido (o tenido más tiempo), lo podría haber hecho muchísimo mejor.

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Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Happy’, ‘Come Get It Bae’, ‘Gust Of Wind’
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Escúchalo: Deezer

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