Röyksopp publican el próximo mes de noviembre ‘The Inevitable End’, su último disco en el sentido literal del término: el dúo formado por Svein Berge y Torbjørn Brundtland, que editaba EP junto a Robyn hace unos meses, ‘Do It Again‘, ha asegurado que seguirán haciendo música pero que no van a publicar más álbumes porque creen que ya han dicho todo lo que tenían que decir a través de este formato.
Uno de los adelantos de ‘The Inevitable End’ es ‘Sordid Affair’, cuya melodía vocal interpreta Ryan James de Man Without Country, dúo del sur de Gales formado por Tomas Greenhalf y el mismo James, que define su música como una mezcla de electrónica y shoegaze y que extrae su nombre del «sentimiento de no pertenecer». El dúo publicó su álbum debut en 2012 y ultima estos días el lanzamiento de un segundo trabajo que incluirá una versión del ‘Sweet Harmony’ de The Beloved, una de sus canciones favoritas de todos los tiempos por los recuerdos que les evoca. El tema ha sido versionado hasta la saciedad, por ejemplo por Fangoria y Los Sencillos en castellano.
‘Sordid Affair’ conjuga reconfortantes pasajes sintéticos con ambientaciones de una gelidez casi palpable, lo que refleja con notable efectividad la calidad ambivalente de la letra, un recuerdo nostálgico sobre una relación que llegó a ser hermosa pero que ha acabado mal («Nublando la verdad, ambos sabíamos que este romance sórdido acabaría en lágrimas»). Sobre esa relación, no obstante, se recuerda que mereció la pena: «estar contigo, ser el único, vivir una mentira, me mantuvo excitado, me sentí deseado».
Los ritmos, además, son lo suficientemente rápidos como para que el tema pueda bailarse en la pista, pero también lo suficientemente poco contundentes como para que no lo consideremos un «club banger» al estilo de ‘Do It Again‘ o dos de los temas nuevos incluidos en ‘The Inevitable End’, los medio agresivos ‘Skulls’ y la nueva versión, mucho más inquietante y «groovy», de ‘Monument‘. En realidad, ‘Sordid Affair’ podría pasar por balada (¿hiperbalada?) si tenemos en cuenta que la canción original, de hecho, nació para ser bailada en reuniones sociales y nada tenía que ver con la concepción que tenemos de ella actualmente, con Adele casi como sinónimo. «Balada», de hecho, viene de «ballare», que significa «bailar».
Y aparte de esta reflexión, ¿qué más ofrece ‘Sordid Affair’? En primer lugar, un luminoso gancho instrumental tan característico de Röyksopp como siempre, un exquisito gusto por la producción electrónica, suave pero no inofensiva, paisajística pero no extremadamente abstracta, atmosférica pero no asfixiante (algunos grupos hacen de eso precisamente su mayor virtud; no es el caso de Röyksopp, que siempre han tirado por ser más bien melódicos) y una melodía ligeramente ñoña pero lejos de resultar empalagosa. Una canción, este ‘Sordid Affair’, en definitiva, cuyos varios atractivos se complementan a la perfección y que quizás no esté a la altura en calidad de clásicos del dúo como ‘Eple’, ‘Only This Moment’, ‘What Else Is There?’ o ‘The Girl & the Robot’ pero que sí representa una notable suma al catálogo de este grupo al que ahora decimos un agridulce hasta luego. Por lo menos, uno que deja buen sabor de boca.
‘Sordid Affair’ es el sexto top 1 de Röyksopp en JENESAISPOP tras ‘The Girl & the Robot’ con Robyn en 2009, ‘This Must Be It’ también en 2009, ‘Running to the Sea’ con Susanne Sunførd, que acaba de anunciar disco, en 2012, ‘Do It Again’ y ‘Monument’, las dos últimas de nuevo con Robyn en 2014. Sin duda, uno de los grupos favoritos de nuestros lectores.